
¡Qué onda, comunidad! Aquí Nat. Les traigo un chisme urbanístico que se me ha quedado dando vueltas en la cabeza desde hace tiempo. ¿Alguna vez han intentado caminar de un punto a otro en Cuernavaca sin subirte a una banqueta rota, esquivar coches estacionados o cruzar una calle rezándole al de arriba porque no hay semáforo peatonal? Yo sí. Y no se los recomiendo, jaja.
Pero más allá de quejarme (que también se vale), hoy quiero imaginar con ustedes un proyecto que recupere las calles para los peatones. Sí, esas mismas calles que parecen hechas solo para coches pero que, en realidad, deberían ser compartidas con quienes caminamos, usamos bici o simplemente no tenemos carro.
¿Cuál es el problema? Cuernavaca no está pensada para caminar. Y no lo digo solo yo, lo grita cada banqueta rota, cada esquina sin semáforo, cada zona donde desaparece la banqueta porque alguien decidió que era mejor estacionarse ahí. Y ni se diga si usas silla de ruedas, bastón o si vas con un cochecito de bebé. La ciudad simplemente no es accesible.
Además, hay algo importante: el espacio público debería invitar a estar, no solo a pasar. Y nuestras calles, hoy por hoy, lo que hacen es sacarte lo más rápido posible del lugar.
¿Y si hiciéramos un proyecto para cambiar eso?
Imagínate esto: Un plan piloto en una calle del centro (o en alguna zona con alta afluencia peatonal como alrededor de mercados, escuelas o parques), con:
- Banquetas amplias y continuas (nada de subidas y bajadas nivel rally).
- Cruces peatonales bien marcados con rampas, semáforos y tiempos pensados en la gente, no en los coches.
- Sombra con árboles reales, no con lonas improvisadas.
- Mobiliario urbano útil: bancas, botes de basura, iluminación cálida y suficiente.
- Regulación del estacionamiento sobre banquetas (bye a los coches invadiendo espacios que no les corresponden y a las cubetas llenas de cemento).
- Calles “compartidas”: donde los autos sí pasen, pero sabiendo que no son los dueños del espacio.
¿Y esto ya existe en otros lados?
¡Claro! Hay ciudades en México que lo están intentando: Guadalajara, Ciudad de México y Mérida tienen ejemplos de calles completas o rediseñadas con foco en el peatón. Y aquí mismo en Cuernavaca ya se han hecho intentos, como el proyecto de Paseo Palmira que busca promover la movilidad no motorizada.
¿Y entonces?
Pues esto no es solo un sueño loco. Podría ser un proyecto real, local, sostenible y transformador si se juntan las piezas correctas: voluntad política, colaboración ciudadana y asesoría de urbanistas que entiendan que caminar por Cuernavaca no debería ser un deporte extremo.
Así que ya saben, cuando vean al de la presidencia o al del cabildo, láncenle este chisme: “¿Y si hacemos una calle peatonal bonita pa’ variar?”. Porque de soñar a hacer, solo hace falta que alguien diga “va”.
