En primavera y verano los días tienden a marcar altas temperaturas, por lo que aumentan las probabilidades de que suframos las condiciones conocidas como golpe de calor o insolación.
Las señales de alerta son: sed intensa, sensación de agotamiento, debilidad y calambres musculares, náuseas, vómito, agitación respiratoria, piel fría y húmeda, somnolencia y aumento de la temperatura corporal hasta 40°C.
ALGUNAS RECOMENDACIONES:
- Usar ropa holgada, de materiales delgados y de colores claros.
- Evitar la exposición prolongada al sol.
- Mantener una buena hidratación, mediante el consumo de agua natural a lo largo del día.
- Abanicarse constantemente para propiciar la evaporación del sudor.
- Programar actividades al aire libre en horas cuando el calor tiende a disminuir, antes de las 10 de la mañana o después de las 6 de la tarde.
- Buscar espacios con sombra.
- Fomentar la disponibilidad y uso de protector solar.
En este tiempo de días soleados y calurosos, el golpe de calor y la insolación son asuntos de salud que se pueden evitar, por lo que es importante estar atento a cualquier síntoma, en especial en el caso de los niños.