Malabares y música clásica: Teatro del Lago recibe al circo europeo

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Para cruzar el mundo, no exigen más que una sala ennegrecida por completo. Eso y un piano, que aquí o allá deberá permanecer a espaldas de sus tres protagonistas. Cuando los franceses Collectif Petit Travers estrenaron  Pan-pot, en 2009, la prensa gala hacía alardes del extraño experimento que acababan de presenciar. Luego se le sumarían varios otros tabloides europeos: hablaban de un show que, además de incluir una práctica tan endosada al circo de carpa como el malabarismo, incluía en su banda sonora las composiciones de Beethoven, Bach y Mozart, y otros músicos contemporáneos como Ligeti y Kagel, en lugar de fanfarrias. Uno que, sin virtuosismos ni números de alto riesgo en las alturas, consigue dar un salto mortal exitoso al fundir circo y música clásica en un mismo espectáculo.

Tres hombres vestidos de negro -Julien Clément, Fargeton Denis y Nicolas Mathis- se lanzan sin cesar unas cuantas bolas como dardos, entre indiferencia y humor, y al ritmo de una suite digna de grandes orquestas. Con escasos elementos sobre el escenario, el espectáculo que debuta este sábado en el Teatro del Lago, prueba que el circo ha cambiado. También sus artistas y el público. Esto impulsó al mismo centro, en Frutillar, a repensar la idea de incorporarlo a su programación, que en sus cinco años de vida ha girado en torno a la música y danza clásica. “Ya conocíamos a nuestro público, pero sabíamos también que las audiencias son tan fluctuantes como el arte mismo. Además, estábamos al tanto de la labor que hacía Fundación Mustakis con los talleres que impartía para niños y jóvenes aquí en la región”, dice la gerente de Programación Artística y Comunicaciones del Teatro del Lago, Carmen Gloria Larenas. “Después de conocer su trabajo, decidimos crear el primer Ciclo de Circo Contemporáneo, y no descartamos convertirlo en un festival”, agrega.

Desde el año pasado, los talleres artísticos impartidos por la Fundación Mustakis, en apoyo de los municipios donde se desarrollan, incluyó al circo como una de las disciplinas que había que acercar a la comunidad. “En 2014 contamos con un taller de circo muy similar al de ahora, y que culminó con un espectáculo en el teatro y la visita de monitores  de algunos integrantes del Cirque du Solei”, cuenta Alejandra Valdés, gerente de Cultura de la fundación. Hasta el 7 de noviembre, y durante dos días por semana, los jóvenes asisten a clases de distintas técnicas circenses, “desde el mano a mano hasta la acrobacia de suelo, malabares, trapecio y tela. Todo culmina con una presentación final”, agrega.

“Pero no bastaba con enseñarles qué era el circo, también había que hacerles creer que podían profesionalizarse, y qué mejor para ellos que presenciar espectáculos de calidad”, dice. Tras el paso del Collectif Petit Travers, el 5 de septiembre debutará la dupla belga Oki Dok, integrada por Xavier Bouvier y Benoît Devos. Mostrarán Ha ha ha, el show que por más de una década los ha hecho girar por el mundo y rescatar una vieja y conocida técnica: el clown.

cita: latercera.com