Escuchar música se encuentra entre las experiencias más satisfactorias del ser humano; es una actividad que se realiza por el placer que nos genera.
La música es un estimulo abstracto que nos puede generar euforia y ansiedad muy similar a lo que sucede en nuestro cerebro con otros estímulos como la comida, el sexo o las drogas. Escuchar música libera dopamina en nuestro cerebro.
En un estudio realizado por Blood, A.J. & Zatorre, en el cual se utilizo una tomografía para medir la respuesta emocional placentera subyacente de escuchar música , se encontró que los “escalofríos” generados por escuchar canciones que le agradaba a los individuos van acompañados de aumento del ritmo cardiaco y en la respiración. Mientras aumentaba o disminuía la emoción generado por la música se observo que el flujo de sangre en el cerebro en las regiones ligadas a la emoción/Recompensa variaba de la misma manera.
Estas investigaciones ligan a la música con la parte del cerebro vinculada a los estímulos de supervivencia y la estimulación del circuito cerebral involucrado en el placer y recompensa.
El placer que nos genera la música explica el porque esta forma de arte que nos acompaña en nuestra vida diaria, en nuestro coche, celulares, lugar de trabajo, generando pequeños momentos de felicidad a lo largo del día, una “droga” que no nos cansamos de recibir en pequeñas dosis.