Con el Romanticismo llegando a su fin, los compositores de música clásica buscan un lenguaje único. Usan las sonoridades de una manera más libre.
Richard Wagner se caracterizó por el uso de cromatismos (es decir, de notas intermedias en la escala). Así conseguíadar mayor expresividad a sus obras, sobre todo a sus óperas (que él llamaba “dramas musicales”). En ellas, cada personaje tenía una tonalidad distinta. La música estaba al servicio de la expresión dramática.
Wagner buscaba que todas las artes dentro de una ópera tuvieran la misma importancia (música, vestuario, coreografía, libreto…). Él mismo escribió el libreto y diseñó la escenografía de, entre otras, El anillo de los Nibelungos o Tristán e Isolda.