“El público, que ha pagado su entrada para escuchar mi música, tiene derecho a llevarse algo a casa” (José Serrano, compositor español).
No le faltaba razón al músico de Sueca. Cuando alguien va a un concierto, máxime si es pagando, desea conseguir algo: pasar un buen rato; disfrutar de una buena interpretación; llevarse una satisfacción estética, descubrir música desconocida… Y siempre sale uno con algo. Lo malo es que hay veces que lo que nos llevamos es un disgusto, una decepción, un berrinche… Incluso, un cabreo, cuando sentimos que nos han tomado el pelo.