La Musicoterapia y su Aplicación en Pacientes con Cancer

Musicoterapia
Para muchas personas, escuchar o hacer música es un placer absoluto. Se sabe también que la música es una forma más apreciada de entretenimiento para algunos y una pasión o carrera para otros, con un papel importante en el cuidado de pacientes con cáncer. La musicoterapia puede acompañar el tratamiento médico para promover el bienestar, controlar el estrés, aliviar el dolor, mejorar la memoria, ayudar a los pacientes a comunicarse y expresar sus sentimientos, e incluso promover la rehabilitación física.
Los estudios han demostrado que hacer o escuchar música puede incluso disminuir la presión arterial, el ritmo cardíaco y la respiración. Según el Dr. Deforia Lane, director de musicoterapia en el Centro Universitario de Hospitales para el Cancer en Cleveland, la contribución más preciosa de la música para las personas que reciben tratamiento contra el cáncer es la forma en que puede rescatar al paciente emocionalmente y regresarle las mejores formas de expresión. Las raíces de la terapia de la música se pueden rastrear a lo largo de la historia, a partir de ejemplos observados en la antigüedad para su aplicación más formal en la década de 1940. En la antigua cultura griega, la música fue creída capaz de curar el cuerpo y el alma. Rituales de curación de nativos americanos incorporan danza y canto. Estos ejemplos históricos sugieren una relación eterna entre el bienestar humano y las armonías y ritmos de diversas culturas y tradiciones. Esta larga historia de una relación natural entre la música y el bienestar inspiró a los hospitales de la Administración de Veteranos de EE.UU. durante la Segunda Guerra Mundial para aplicar la música en el tratamiento de los soldados que sufrían de neurosis de guerra (reacción de estrés por combate). Poco después, en 1944, la Universidad Estatal de Michigan presentó un programa de musicoterapia por primera vez en el mundo. Desde entonces, el crecimiento en el campo de esta especialidad ha incluido el establecimiento de programas de grado en más de 70 colegios y universidades y la fundación de la Asociación Americana de Musicoterapia (AMTA), que supervisa el desarrollo de las aplicaciones terapéuticas de la música y supervisa la educación y la formación estándares para los musicoterapeutas. La AMTA requiere que los terapeutas completen un plan de estudios aprobado, incluyendo una pasantía, y completar con éxito el Consejo de Certificación de examen para musicoterapeutas.
El Dr. Lane, un musicoterapeuta certificado por la junta, que también tiene un doctorado en educación de la música, dice que la aplicación de la terapia de la música debe ser individualizada. Dependiendo de la situación, el tratamiento puede implicar la composición, el empleo de un instrumento favorito, la reproducción de música en vivo o grabación según la petición del paciente, a veces añadiendo esencias relajantes.
Una reacción emocional positiva a la música es, por supuesto, infinitamente valiosa para los pacientes de cáncer, pero los estudios han demostrado que la musicoterapia también puede desencadenar respuestas físicas importantes. El alivio del dolor es una de ellas, dice el Dr. Lane, explicando que el cerebro utiliza el mismo neurotransmisor que envia las sensaciones de dolor para la música. Si se reciben ambos elementos a la vez, el dolor no alcanza el cerebro con plena intensidad. De ahí que el dolor se vuelve menos intenso, por lo que los pacientes pueden experimentar una disminución de la dependencia de medicamentos para esta incomodidad.
Una respuesta física a la música también puede relajar los músculos y dilatar las venas, lo cual puede hacer que los procedimientos de médula ósea sean menos incómodo.
La música también puede apoyar la rehabilitación física con ritmos, los cuales parecen conducir la repetición de movimientos, obligar al oyente a cubrir mayores distancias, y ayudar a naturalizar el movimiento en pacientes anteriormente inmóviles al volver a aprender a cómo utilizar sus cuerpos.
La doctora Lane, 2 veces sobreviviente al Cáncer, siempre vuelve a los beneficios de la música aunque no se puedan medir físicamente o ser comprobados. Este tipo de experiencias que sólo puede describir como un guiño a Nat King Cole en”inolvidable” son, para ella, el alma de su profesión. Por su papel en el tratamiento del cáncer, dice, “tengo un aprecio por todo lo que ayuda, por todo lo que da esperanza.”
Afortunadamente, para las personas que reciben tratamiento para el cáncer, los terapeutas de música dedicados a estos tratamientos son cada vez más numerosos. Actualmente se apoya notablemente el crecimiento continuo de esta rama en pos del desarrollo y la evolución positiva de esta práctica.
Bibliografia:
Asociación de Musicoterapia: www.musictherapy.org
Entrevista al Dr. Deforia Lane por revista Health and Wellness.
image: http://cazamitos.com/metafisica/musicoterapia/