Existen canciones que incitan la nostalgia, otras nos relajan y algunas nos ofrecen una dosis extra de energía. Sin embargo, la música no solo incide en nuestro estado emocional sino que también puede determinar nuestro comportamiento. Puede hacer que bebamos más, que gastemos más de lo que teníamos pensado o incluso que nos comportemos de manera poco ética. La música es un mucho más que un simple instrumento para entretenernos.
1. La música “furiosa” mejora nuestro rendimiento
Normalmente pensamos en la ira como algo negativo pero esta emoción también se puede utilizar de manera positiva e incluso sacarle provecho. La ira nos permite mantenernos concentrados en la recompensa, potencia nuestra perseverancia e incluso nos convierte en personas más optimistas.
En un curioso experimento realizado en la Universidad de Stanford y el Boston College se reclutaron a algunos estudiantes para que jugasen un juego por ordenador. Antes de comenzar el juego, algunos escucharon música neutral, excitante o que expresaba ira. Los resultados no dejaron lugar a dudas: la música con un trasfondo furioso mejoraba sus resultados y los predisponía de manera positiva para la tarea.
Quizás está de más puntualizar que este tipo de música no es válida para todos los contextos sino solo cuando queremos mejorar nuestro rendimiento en una tarea competitiva.
2. La música reduce el dolor
Existen diferentes trucos para disminuir el dolor y no todos se reducen a tomar un analgésico. De hecho, esa debería ser la última opción, el último recurso cuando todos los demás han fallado. Ahora un estudio muy interesante realizado en la Universidad de Bishop ha demostrado que la música también es un excelente instrumento para reducir el dolor.
En esta oportunidad los psicólogos reclutaron a 80 personas, a las cuales les aplicaron estímulos dolorosos. Mientras lo hacían, algunos estaban en silencio, otros podían distraerse mirando algunas pinturas famosas y un tercer grupo escuchaba música de su preferencia. Así se pudo apreciar que las personas que escucharon la música reportaron menos dolor, menos ansiedad y un incremento de la tolerancia al dolor.
De hecho, estudios anteriores han sugerido que las personas que escuchan música a diario reportan menos síntomas propios de la ansiedad y la depresión. Curiosamente, no se ha hallado una relación entre el género musical y sus efectos positivos para nuestro estado de ánimo o para reducir el dolor así que todo parece indicar que la clave radica en que nos guste la música y la disfrutemos.
3. La música nos hace más receptivos al amor
Si quieres causar buena impresión en alguien y llamar su atención, nada mejor que poner música romántica. No se trata de un mito popular, lo ha confirmado un estudio realizado en la Universidad de Bretagne-Sud. Estos psicólogos reclutaron a mujeres jóvenes y les pidieron que esperaran en un salón. Mientras tanto, por un altavoz se transmitía una música neutral o romántica. Cinco minutos más tarde las mujeres conocían al entrevistador quien, aprovechando una pausa, coqueteaba con ellas y les pedía su número de teléfono. ¿Qué sucedió?
Solo el 27,9% de las mujeres que habían escuchado una música neutra dieron su número de teléfono pero esta cifra aumentó al 52,3% entre aquellas que habían escuchado la música romántica. La diferencia es particularmente significativa, sobre todo si se tiene en cuenta que lo único que ha marcado la diferencia es una canción.
Autora: Jennifer Delgado / Rincon de la psicologia
Imagen: Hérnan Piñera / Flickr.com
Dolor: Vannesa Bazzano / Flickr.com
Manos: Ashton/ Flickr.com