Hay razones más allá de Gustavo Dudamel que explican la importancia de Latinoamérica en la industria de la música.
El auge de las orquestas latinas.
Aunque el “efecto Dudamel” -ahora conocido por su posible relación con la actriz María Valverde- pega con fuerza o el éxito de la serie de TV Mozart en la Jungla ponga sorprendentemente de moda la música clásica entre los jóvenes, hay otras razones de más peso por las cuales el continente latinoamericano está cobrando cada vez más fuerza dentro de esta industria. Una nueva generación de orquestas sinfónicas está marcando un antes y un después en la música clásica en América Latina.
Yucatán (México)
En México un joven de origen italiano-español, Juan Carlos Lomónaco, director titular de la Orquesta Sinfónica de Yucatán ha tenido el placer de dirigir esta orquesta teniendo de solista a un grande de la talla de Plácido Domingo. Con sede en Mérida, esta orquesta, fundada en 1898, tiene como anécdota el hecho, entonces bastante lamentable, de que el público abandonara el primer concierto que concedía tal agrupación musical. Es curioso que a lo largo del siglo pasado numerosos intentos fallidos por relanzar la OSY representaran la voluntad de los yucatecos, que inicialmente parecía que rechazaran esta orquesta.
Es, sin embargo, hoy día, la única orquesta sinfónica de México que no se financia con el dinero del Estado en su totalidad. Uno 60% pertenecería al Estado, un 20% al Patronato y otro 20% a “taquilla”.
Hoy, la Orquesta Sinfónica de Yucatán es todo un referente en Europa, siendo un objetivo a alcanzar por el escaso y elitista mercado de las agencias de representación de artistas que luchan por colocar a sus solistas para que toquen con la OSY.
Medellín, la promesa clásica de Colombia.
Pero Colombia tampoco se queda atrás. Y en 1983 nace la Orquesta Filarmónica de Medellín, que a fecha de hoy se posiciona como una de las orquestas más importantes del país y más prestigiosas de América Latina. Y es que esta agrupación filarmónica ha acogido a artistas españoles como el pianista Joaquín Achúcarro. También a grandes como el pianista chino Lang Lang o el violinista venezolano Alexis Cárdenas.
Es en 2002 cuando FILARMED es declarado patrimonio cultural por el Concejo de Medellín y por la Administración Municipal de la ciudad. Ofrece cada año más de 100 conciertos y presentaciones en diversos espacios, desde teatros, universidades, centros culturales, iglesias, parques y demás lugares con el fin de acercar la música clásica a la gente.
“Tenemos la oportunidad en conjunto de desarrollar una orquesta que puede ser líder, no solamente en el país, sino en Suramérica. Aquí tenemos personas de un nivel extraordinario” asegura el director titular de Filarmed, Francisco Rettig, en unas declaraciones al periódico El Colombiano.
República Dominicana.
La Fundación Sinfonía es una institución privada sin ánimos de lucro fundada en 1986 con el objetivo de darle vida nuevamente a la Orquesta Sinfónica Nacional de la República Dominicana. En el 1991 el gobierno dominicano concede oficialmente la responsabilidad de esa orquesta a la Fundación Sinfonía, hasta que en el año 2002 se crea lo que es hoy el Ministerio de Cultura.
Margarita Copello de Rodríguez es la encargada de conducir las riendas de esta fundación, acompañada por gestoras como Carmen Rita Malagón de Moya, Directora Ejecutiva y Margarita Miranda Mitrov, Presidenta del Comité Artístico(¡un ejemplo de la integración de la mujer en altos cargos en América Latina!) que amablemente nos atienden, nos cuentan los comienzos de esta fundación privada sin ánimos de lucro.
Durante tres décadas Sinfonía, con el apoyo del Ministerio de Cultura y de importantes embajadas, instituciones, empresas y personas, ha presentado conciertos clásicos del más alto nivel con reconocidos solistas, directores y artistas nacionales e internacionales. Su más importante actividad, el Festival Musical de Santo Domingo, que se celebra cada dos años en primavera, es un referente en el panorama de la música clásica de Latinoamérica (al igual que sucede con MeridaFest, por ejemplo, en Yucatán).
En el 2012 Sinfonía celebra su Primera Residencia Orquestal, cuyo resultado fue la creación de la Joven Filarmónica de la República Dominicana, hermana pequeña de la Orquesta Sinfónica Nacional, que con la ayuda de YOA-Orquesta de las Américas y Fundación Batuta de Colombia integra, recopila y manifiesta lo mejor de la música clásica de la mano y del talento de los jóvenes músicos dominicanos y residentes en el país. A esta primera residencia le ha seguido un Taller para Cuerdas y la Residencia Orquestal 2014, proyecto conjunto de Sinfonía y YOA, Orquesta de las Américas. Para el presente mes de abril, Sinfonía organiza un Taller para Jóvenes Instrumentistas de Vientos (Maderas y Metales). Este es un ejemplo de que aun hay esperanzas para la música clásica en unos tiempos en los que la crisis de valores cobra más importancia que nunca. Hay salida.