Manuel de Sumaya (1678-1755)
De entre los compositores novohispanos, Manuel de Sumaya tuvo la producción musical más copiosa, además fue autor de la segunda ópera en América, ‘La Parténope’ (1711), cuya música no se ha encontrado hasta ahora. De hecho, la mayor parte de su obra se perdió, solo existen dos repositorios, uno en la Catedral de México y el otro en la Catedral de Oaxaca con aproximadamente 50 obras.
Cenobio Paniagua
Originario de Tlalpujahua, Michoacán, quedó consignado en la historia como el padre de la ópera romántica en México, además de haber sido un fecundo autor de música religiosa.
Para celebrar la derrota del ejército francés en la batalla de Puebla el 5 de mayo de 1862, compuso la ópera Pietro d’Abano (1863), la cual sobrevive entre las 135 obras resguardadas en el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical ‘Carlos Chávez’ Cenidim.
Manuel M. Ponce
Manuel María Ponce hubo una sobresaliente preparación que va desde el Coro Infantil del Templo ‘San Diego’ de Aguascalientes, pasando por el Conservatorio Nacional de Música, hasta su perfeccionamiento del piano con Martin Krause, quien a su vez fue discípulo del célebre Franz Liszt.
Su obra se caracteriza por una mezcla de temas típicos del México mestizo con el estilo romántico europeo vigente en aquel entonces, por lo que es considerado el padre del nacionalismo musical mexicano. Su ideal fue rescatar y ennoblecer la música nacional.
En el repertorio conocido de composiciones de Manuel M. Ponce predomina la música para guitarra (por ejemplo, ‘Variaciones y Fuga’ sobre ‘La Folia’, de 1929) y piano, sin embargo cabe señalar que casi la mitad se trabajo se desconoce hasta ahora.