UNINTERLINGUA 2015
U N I N T E R L I N G U A 43 minador común que es el narcisismo. El enamoramiento para Platón era una “locura divina”. Para Abbas, médico árabe de la Edad Media, el enamorado atraviesa por un estado similar a la melancolía por el lugar que ocupa el tormento y el dolor en este particular estado. De hecho se le ha com- parado con las adicciones, porque se inicia con placer y luego provoca malestar en los periodos de abstinencia de la persona ama- da. Si bien el adolescente es proclive a todo tipo de adicciones en el proceso de cons- truirse a sí mismo, el amor pasa a ser para él una experiencia ineludible y avasalladora. Si intentamos una definición podemos describir al enamoramiento como el estado transitorio e inicial de un vínculo romántico que se caracteriza por cambios cualitativos y cuantitativos ingobernables en el psiquis- mo del sujeto y que se manifiesta con gran intensidad emocional. Aunque cuando del amor se trata, es el arte el que mejor puede definirlo. Jacinto Benavente describe al enamorado como el que concede a su amada cualidades que no posee y le muestra ella, las que él no tie- ne. Experiencia en realidad, donde el sujeto mismo se vuelve un artista, recreándose a sí mismo para el otro y transformando su objeto de amor en la perfección a la que as- pira. El misterio y desconocimiento mutuo es lo que permite este juego de espejos, donde se puede fantasear e imaginar lo que se desea del otro. Esta “ceguera del mal de amores” tiene afinidad con las obsesiones, los delirios y el fanatismo, donde lo pasional y loco dominan. Dice Benavente: “el amor, como Don Quijote, recobra el juicio cuando está por morir”. El sentimiento imprevisto de estar ena- Juego de niños...
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