UNINTERLINGUA 2015

U N I N T E R L I N G U A 48 Dice Alberoni que lo que nos hace ena- morarnos es la perspectiva de tener la nada por delante, que sólo entonces se constitu- ye en nosotros la disposición a lo diferente y al riesgo, propensión a arrojarse, que aque- llos que están satisfechos de sí mismos no pueden experimentar. De allí que sea el adolescente tan propenso al enamoramien- to ya que él mismo está en ese camino de ser diferente, de dejar de ser niño, de aven- turarse en un recorrido del que no conoce el final. La adolescencia es una etapa de la vida proclive a situaciones de crisis, ya que en todos los planos hay una intensa movili- zación interna que implica una reorganiza- ción identificatoria particular. Existe efecti- vamente una crisis de la adolescencia, en el sentido de que el sujeto psíquicamente al finalizar este momento vital no va a volver a ser como era antes. El proyecto identificable que debe enfrentar el adolescente puede variar de acuerdo a la extracción socioeconómica a la que pertenecen los sujetos, sin embargo, hay una serie de duelos inevitables que se presentan como tareas para todos en esta etapa de la vida. En lo que respecta a las características de la adolescencia podemos decir que mu- chas cosas permanecen idénticas y otras han cambiado. Si bien, actualmente esta- mos atravesados por las características de la modernidad líquida, como dice Bauman, donde los códigos y las claves para diferen- ciar lo bueno de lo malo y lo permitido de lo prohibido están estallados, vale la pena mencionar un llamativo comentario de la adolescencia de otra época: “No veo esperanza para el futuro de nuestro pueblo en tanto dependa de la frívola juventud de hoy, pues ciertamente todos los jóvenes son increíblemente irres- ponsables… son demasiado impulsivos y los límites los impacientan”. Hesíodo, poeta griego del siglo VIII a.c. Volviendo a nuestros días, podemos admitir que es un momento histórico carac- Dra. Raquel Chagas

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