UNINTERLINGUA 2015

U N I N T E R L I N G U A 53 te de la cercanía peligrosa con el otro. Una paciente de quince años quien por fin tenía una cita con “el gran amor de su vida”, llega a encontrarse con él acompañada de dos amigas, y el enamorado en cuestión acude al encuentro acompañado de su mejor ami- go, por lo que el evento romántico acabó por ser una salida en grupo. Al comienzo el vínculo con el objeto exterior es tomado como un doble narcisista de sí, ya sea como ideal o como algo si- niestro, o bien se busca vincularse con el otro como un complemento de sí, la famo- sa “media naranja”. Todas estas imágenes narcisistas, son vínculos imaginarios que aspiran a la completud usando al objeto como parte de sí para evitar el efecto trau- mático de la diferencia sexual. El final de la adolescencia trae como consecuencia la posibilidad del encuentro con un objeto cuya finalidad no es el sos- tén psíquico como en la adolescencia tem- prana, ni la completud narcisista como en la adolescencia media. El enamoramiento facilita la despedida de la infancia y es un efectivo antídoto para contrarrestar la angustia de vacío, la triste- za por la decepción edípica y recarga de vi- talidad a todo el aparato psíquico. Se puede decir que el encuentro amoroso se da en dos escenarios fantasmáticos posibles: el de la autosugestión de cada uno, o el de la sugestión del uno por el otro, siempre en re- lación con los prototipos infantiles. El amor, como lo ha notado Freud, vuelve al enamo- rado muy receptivo a la sugestión. En el pasaje del narcisismo al objeto exte- rior puede darse el enamoramiento del amor, más frecuente en las adolescentes mujeres. Enamorarse de un objeto puede ser trau- mático porque se pierde la omnipotencia, la fantasía de completud, de bisexualidad, mientras que enamorarse del amor es un enamoramiento del propio “Yo” enamorado. Algunos ejemplos del vínculo con el objeto en la adolescencia media citados por S. Quiroga (2007) son los siguientes: - Los vínculos parcializados: En este tipo de vínculo se fragmenta el objeto con la finalidad de aislar los afectos que surgen cuando se profundiza el vínculo amoroso, para no sentirse dependientes. En los va- rones se fragmenta el objeto a partir de so- brevalorar los atributos del cuerpo femenino como forma de evitar fóbicamente quedar encerrado en el objeto. En las mujeres es más frecuente sobrevalorar una parte del objeto idealizándolo en su anhelo de fundir- se con él. En ambos sexos estas conductas remiten al complejo de castración. - Otra forma fragmentada de vincu- larse se refiere a los contactos prolongados a distancia, por teléfono, o por el chat, que son altamente erotizantes, pero cuando los adolescentes se ven personalmente no sa- ben de qué hablar. En otros casos el pe- gotearse con el novio, o novia de forma ex- cesiva es una manera de fusionarse con el otro, como en la infancia con la madre. - Vínculos diádicos: El vínculo narci- sista implica un proceso regresivo que lleva Juego de niños...

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