UNINTERLINGUA 2016

c 17 bía sido la casa de Bárbara en Cuernava- ca y vivió aquí diez años. Ahora yo quiero presentarles a ustedes su obra. Esta obra, ella un día muy desesperada, triste y sola, fue a ver a la madre superiora para ver si podía entrar al convento, y al ver las lágri- mas de la madre que al verla sintió su sufri- miento, se fue de allí y dijo: “aquí no puedo quedarme” y la pintó.También está la obra de “San Juan Bautista”, es una obra que la iniciaron en el Vaticano y que se encuentra en Cuernavaca, en mi colección. “La rosa” imagínense ustedes una rosa en una caja de tapadera de za- patos, sienten ustedes el volumen y el peso de la rosa, ésta también está en Cuernavaca, igual que estas rosas. “La madre desde la guerra”, la mujer que busca, pues era su hijo muerto ya. Retrato que hizo a una chica muy bella que ahora se encuentra en Guadalajara. Hay muchos libros que se han publica- do de Tamara de Lempicka. Ella diseña- ba sus joyas, sus sombreros y su ropa. Les voy a contar algo que es muy bonito, no sé si ustedes conozcan a Gabriele D’An- nunzio. Gabriel D’Annunzio fue un gran poeta a principios del siglo XX que inclusi- ve luchó por la unidad italiana con Mocovi y después Mussolini, era muy popular en toda Italia por haber hecho la unificación italiana. Tenía un barco que él usaba para sus conquistas. Y un día, Tamara de Lem- picka con el conde, llega hasta el barco en Milano presentando su primer exposición en 1920, entonces el conde le dice, “invi- té a Gabriele D’Annunzio” (Gabriele D’An- nunzio era un señor: chaparrito, pelón, na- rigón); Tamara iba entrando con un vestido de esos chemise, era así larguito de los veintes de oro, la tela de oro, toda radiante. Gabriele: ¿Quién es esa dama de oro? Conde: La pintora. Gabriele: ¡La quie- ro conocer! Conde: ¡Muy bien! Tamara permítame presentarle al señor.Tamara: Pero ¿quién no conoce al señor D’Annun- zio?, ¡por favor! Gabriele: Señora, ¿me permitiría pintarle un retrato?, sería un Víctor Manuel Contreras