UNINTERLINGUA 2016
c 19 D’Annunzio que ya estoy lista para salir” y regresa el mozo y le menciona “Señora, dice el señor D’Annunzio que cuando ob- tenga lo que usted le pidió vendrá a verla”. Tamara: No se vaya, no se vaya. Empaca todo y se va, pasa por Bresha y cuando está en Milán, las amistades le dice: ”¡Se- ñora! Le hablan de la administración, está allí un señor que insiste en verla y quie- re que baje usted”. Tamara: ¿Quién es? Administración: No da su nombre, y quie- re que vaya usted, es algo importante. Ella se va y ve a un señor en un caballo adentro del lobby, no era Gabriele, pero era un enviado de él que le llevaba uno de los más bellos topases y una carta. Esos es- critos que él le mandaba, que usó Franco María Ricci para hacer su libro “Tamara”, sacó todas las letras que D’Annunzio con- servó para que hicieran el libro ilustrándolo con las fotos de ella. Tamara me pidió un abogado, en ese proceso murió en 1980 el 18 de marzo. Me pidió en vida: “Víctor, ¿te puedo pedir un favor? (estábamos viendo el Popocatépetl) Yo le dije que sí, “quiero ser incinerada al igual que mi prima y quie- ro que mis cenizas reposen en el Popo- catépetl, ¿lo harías?” ¡claro! ¿Pero sabes qué? La muerte no respeta edades, que tal si yome voy antes ¿tú lo harías por mí?, “sí”. Dos años después sucede lo inevitable, pero Tamara ya había dejado todo en vida, Víctor Manuel Contreras
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