UNINTERLINGUA 2016
c 23 portantes, como el encuentro de los tres Reyes Magos, se usa el arte mayor. El Auto de los Reyes Magos fue descubier- to por Felipe Sánchez Vallejo en el siglo XVIII en la catedral de Toledo; Amador de los Ríos lo publicó en 1863 y Menén- dez Pidal le dio el nombre con el cual se le conoce hoy en día y lo editó en 1900. Se piensa que este Auto se presentaba al aire libre y no se cobraba la entrada. En la Edad Media las obras eran cortas, trataban de la religión y querían mostrar el modo de vivir y enseñar el dogma. Al principio se escribían en latín, pero des- pués se escribieron en lenguas romances. Los temas de estas obras podían ser el nacimiento de Cristo, su muerte, la resu- rrección, las vidas de santos, etc. Aunque además del Auto de los Reyes Magos no existen otros manuscritos, hay evidencia por medio de referencias, de que sí exis- tían las producciones dramáticas y que además de las obras religiosas había obras seculares. Las obras religiosas se presen- taban dentro o fuera de la Iglesia y estas obras continuaron a través de los siglos hasta llegar a los Autos Sacramentales del siglo XVII. Tampoco hay evidencia de que se cobrara por ver estas obras religiosas. Además del Auto de los Reyes Magos, perteneciente al siglo XII, existen dos cortos poemas dramáticos de Gómez Manrique de la segunda mitad del siglo XV. Gómez Manrique es el primer autor de nombre conocido del teatro español. , pero, ni antes del Auto, ni entre el Auto y estos dos poemas existen otros manuscri- tos, como tampoco existen en los 30 años que van desde La representación del naci- miento de Nuestro Señor de Gómez Man- rique, hasta el teatro del dramaturgo Juan del Encina. Algunos historiadores incluyen como eslabones ciertos poemas dialoga- dos pertenecientes al género de los “de- bates”. Unos ejemplos de estos poemas dialogados son Razón de amor, que per- tenece a la primera mitad del siglo XIII, y Disputa de Elena y María, de la segun- Pierina E. Beckman, Ph.D.
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