UNINTERLINGUA 2016
c 33 de modesta condición, viven en una socie- dad similar a la que se nos presenta en las novelas picarescas donde el dinero y el hambre son temas comunes. Los per- sonajes más comunes en los pasos de Lope eran el paje, el hidalgo, el lacayo y muy a menudo el bobo. Su personaje del bobo es el personaje principal de sus pa- sos y es el que logra que la seriedad del mundo real se venga abajo a través de los malos entendidos, su lenguaje chusco y su mala pronunciación de las palabras. El personaje del bobo o simple de Lope es un paso hacia el gracioso que encontra- mos en muchas de las comedias del siglo de oro que vendrán un poco más tarde. Uno de los más famosos siendo Mengo en Fuenteovejuna. El personaje del bobo es el papel que Lope (actor) siempre repre- sentaba, él escribía el papel para sí y lo personificaba bien. Incluso en el prólogo de sus Ocho comedias y ocho entremeses nuevos, Miguel de Cervantes expresa el éxito de Lope como actor. El bobo no es un personaje tonto ni ignorante, tan solo ingenuo como un niño que quiere hacer las cosas bien, es inocentón y poco sofis- ticado que solo puede concentrarse en lo que está frente a él y nada más. La mayo- ría de los bobos servían a algún hidalgo, de los cuales había muchos en la sociedad española del siglo XVI, a estos hidalgos se les había provisto con tierras después de haber asistido a los reyes católicos en la reconquista, pero, aunque tenían tierra, la gran mayoría no tenía dinero y de lo único que podían alardear era de tener un títu- lo. Recordemos al presuntuoso hidalgo del Lazarillo de Tormes quien cuenta a Lázaro que había abandonado su pueblo porque Pierina E. Beckman, Ph.D.
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