UNINTERLINGUA 2017
DENUNCIA OCULTA Y NO ESCAPISMO EN ANA BOLENA DE FERNANDO CALDERÓN sta es una lectura que toma la historia como marco referencial y no como me- todología valorativa. Un acercamiento a una obra que trata un tema histórico crea en el lector un marco histórico de referencia, pero cuando esa referencia histórica es alegoría de otra historia, la lectura es aun más rica en posibilidades referenciales, por- que además de abrir al lector el horizonte de la historia real, le abre el otro: el de la historia fic- cional. Proponer una lectura de Ana Bolena de Fernando Calderón es interesante por cuanto, en mi opinión, la historia ficcional fue cuidadosa- mente ocultada por el autor, con objeto de burlar la censura de la dictadura de Antonio López de Santa-Anna, en México. Por tanto, al desentrañar cuál es el marco referencial que subyace escondi- do bajo un texto histórico se abre un abanico de referencias que hace de ciertas obras de apariencia puramente histórica, documentos de denuncia de la realidad contemporánea que le tocó vivir a su autor y no textos de evasión. Mi propósito es des- cubrir el término clave, oculto, que al ser revelado permitirá demostrar cómo una lectura que haga visible la intencionalidad escondida modifica ese marco de referencia del lector, distinta a la con- vencional, --la que el lector esperaría si no exis- tiera la alusión a otra historia---, por una parte, y por la otra, modifica, en su relato semántico, el propósito crítico del texto. La sustitución del tér- mino oculto, por el representado, puede provocar en el lector --o en el público, si se trata de teatro representado--, un cúmulo de referentes, antes no percibidos, y por ende, no sólo amplificar la visión que se tenía de dicho texto, sino también desviarla y --¿por qué no?-- hasta contradecirla. Pero, por supuesto, la investigación sobre cuál es el término oculto y cuál el sustitutivo, es un asunto que que- da sujeto a una verificación de orden teórico que si no lo confirma como verdadero, al menos sí lo privilegie como probable. Cuando en la crítica actual se habla de histo- ria, automáticamente se piensa en la metodología histórico-sociológica, que pretende devolver a cada obra la vida que tuvo al nacer y situarla en su contexto histórico-sociológico, es decir, en me- todologías literarias ligadas a los nombres de Dil- they, Croce, Reyes, Ortega y Gasset, por un lado, o de Lukacs y su concepto de la literatura como fenómeno histórico con raíces en la lucha de cla- ses, tal como el de los críticos marxistas, o bien, en Goldmann, cuyo concepto sobre la homología entre las estructuras de la obra y las estructuras mentales de los grupos humanos, es más próximo a mi acercamiento literario hacia la obra de Fer- nando Calderón. En realidad, mi intención no es la de tomar la metodología histórica como instru- mento de valoración, sino la de tomar la historia en su función de referente para el lector. El criterio teórico en el que me basaré para la investigación es, sin embargo, pragmático, en virtud de que al-
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