UNINTERLINGUA 2017

Pero regreso a las palabras, su trabajo es siempre encontrar la palabra precisa, el cuadro preciso.  Cuando yo dirijo cine y están vistiendo el foro donde vamos a grabar o a hacer algo, siempre a la gente de arte le encanta poner colorcitos, “es que se va a ver muy bonito”, yo no; para mí, por ejemplo, si me preguntan eso yo les contesto:“esta botella ¿dónde la compró el personaje? ¿Cuánto le costó y por qué le gustó? ¿Estas flores dónde las compró el personaje? ¿Dónde las buscó y por qué eligió estas flores?”. No solamente para que se vea bonito. Si alguien de ustedes se quiere dedicar a la producción de cine, tenemos que entender por qué los objetos que hay en una producción están ahí. Cuando yo dirijo, hago que los refrigeradores estén llenos de la comida que los personajes eli- gen, mando a los actores a comprar comida, dis- cos, revistas, ropa. ¿Por qué? Porque yo quiero que cuando un personaje abra el refrigerador, aunque no se vea lo que hay adentro, el actor sepa de qué manera se está relacionando con la comida. Nos costará un poco más la producción, claro, el actor decide con qué calidad come su personaje pero vale la pena, vale la pena preguntarse todo.  Haré un pequeño ejemplo de lo que es el rigor, ¿ok? Contaré una historia y ustedes la cuestiona- rán, que es el proceso por el cual nosotros pode- mos hacer una mejor historia, cuestionándola. Les pediré que cuestionen todo acerca de la histo- ria, ¿están de acuerdo? La historia es la siguiente: un tipo de 30 años va caminando por un fraccio- namiento medio abandonado, hay una casa por aquí, terrenos vacíos, otros baldíos, otra casa por acá, etcétera; al dar la vuelta ve una casa que se incendia, no hay nadie, se acerca, la casa está en llamas y escucha a un bebé llorar adentro de esta, el tipo decide entrar a la casa y salvar al bebé, co- rre, siente que se quema todo el cuerpo, no en- cuentra al bebé, se empieza a derrumbar alguna de las paredes, por fin lo encuentra, lo toma entre sus brazos, corre y sale y cuando sale escucha a una niña de tres años gritar desesperada dentro de la casa. Él sabe que si entra puede ser que ya Guillermo Arriaga