UNINTERLINGUA 2017
la tengo, yo creo que fue la imponencia de estar sentado con el rector, pero ¿qué creen ustedes? Un día una amiguita mía, que fue mi compañera por diez años, no la soporté más tiempo, las mujeres inteligentes son muy molestas, se dan cuenta de todo, miden todo, saben todo y no las puede na- die engañar. Entonces mis mentiras, que eran las mejores aliadas de mi fantasía, no tenían sentido, era una guerra. Ella era un ser sublime, extraordi- nario, nieta de Mahatma Gandhi. Nos conocimos en España y vivió diez años aquí en Cuernavaca y un día me vio y me dijo: “Víctor, ¿pero qué te está pasando? Al segundo te estás encaneciendo, en una hora ya estas más blanco de greñas. Dice mi mamá que es mejor que el techo se cubra aun- que sea de blanco; pero vas a ver, te voy a traer un champú de hierbas de raíces de Los Ángeles que en 20 minutos te devuelve el color de tu cabello”. Y fue cierto, es bárbaro, tiré 25 años a la basura, me puse muy bien. Era el informe de Lauro Ortega, ustedes habrán odio hablar de él. Fue un gobernador que era ve- terinario y fue el mejor que tuvimos, lo que quiere decir que para gobernar Morelos, se necesita un veterinario. Entonces, fui al informe y ahí estaba Fidel Velázquez, el que quitaba y ponía presiden- tes a su antojo; los gobernadores me sentaron en las filas de atrás y ¿qué creen que sucedió? Yo me puse un traje color marfil precioso con una cami- sa lila pálido y una corbata, salí y hasta la gente me decía: “¿oye, qué te hiciste?”, ¿por qué?, “Te ves mucho mejor”. Comienza el informe y se va el aire acondicionado, ¡qué horror! por lo que todos em- pezamos a sudar, yo saqué mis kleenex y ¡ay Dios mío, donde quiera sudaba!
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