UNINTERLINGUA 2017

título de “La Segunda parte de la vida de Lazari- llo de Tormes”, sacada de “Las crónicas antiguas de Toledo” (1620). Y un año más tarde, en 1621, se trasladó a Londres donde continuó trabajan- do como profesor de español al igual que lo había hecho en Francia. Además de su continuación al “Lazarillo de Tormes”, Juan de Luna publicó otro tipo de libros para que los extranjeros pudiesen aprender español. En 1623 encontramos a Luna como pastor protestante encargado de predicar en la Mercer’s Chapel del Cheapside, un suburbio de la metrópolis londinense para los reformados es- pañoles que vivían en esa ciudad. De esa forma se ganaba la vida, como profesor de español y predicador protestante. También sabemos que por esa época se lamentaba de que la subvención que le daban no era suficiente para mantener a su mujer y a sus seis hijos. Informa Vaquero en su estudio que en 1635 se casan dos de sus hijas y que a partir de ese momento no volvemos a tener noti- cias del autor (6). Sin embargo, hoy en día también se sabe que escribió su testamento en Londres en julio de 1637 y que muy probablemente murió en marzo de 1645 ya que la pensión que recibía terminó en ese mes. Esta información sobre el autor no es mucha en realidad consideran- do que varios críticos parecen estar de acuerdo en que su continuación debe haber tenido mucho éxito en su día ya que antes de terminar el siglo XVII su obra llegó a ver cuatro edi- ciones en castellano y siete traduc- ciones al francés. También se publi- caba dentro del mismo libro donde aparecía el “Lazarillo” original, lo cual indica que el público de la época la aceptaba de una manera positiva como conti- nuación a la obra original. Todo esto, por supues- to, ocurriendo fuera de España pues en su país de origen la obra de Luna no se publicó hasta un año después de haber sido abolida la Inquisición, es decir, la obra de Luna no vio la luz en España sino hasta 1835. Doscientos quince años después de su publicación original.  Pongamos ahora nuestro enfoque en la conti- nuación de Juan de Luna que es la que nos ocupa ahora. Empecemos por el título escogido por el autor: “La Segunda parte de la vida de Lazarillo de Tormes, Sacada de las crónicas antiguas de To- ledo” (1620). Vemos que el título no lee “Tercera parte de la vida de Lazarillo de Tormes”. Esto nos dice que para Juan de Luna la única y verdadera continuación al “Lazarillo” original era la suya. Este autor considera que la continuación anóni- ma no cuenta ni tiene valor como segunda parte, y desde un principio aclara a sus lectores que es una necedad disparatada y mentirosa. También notan Sabine Schlickers y Klaus Meyer-Minnemann que con el subtítulo de “sacada de las crónicas antiguas de Toledo” el autor quiso hacer notar la autentici- dad de su relato constando que ha sido encontrada en unos archivos (331). Ya desde el título, Juan de Luna quiere hacer pensar al lector que su conti- nuación es la verdadera y no da ningún crédito a la continuación anónima de 1555.  Como se ha dicho, la obra de Luna aparece cuando éste se encontraba exiliado en París y está dedicada a Henriette de Rohan, quien era herma- na del duque Henri I de Rohan, jefe de los protes- tantes franceses. Schlickers y Meyer-Minnemann hacen notar que “dedicar a principios del siglo XVII una novela española a una distinguida dama hugonota de la más alta nobleza francesa debía ciertamente tomarse como una afrenta a la Igle- sia católica de España. Con ella Luna señala su simpatía a los protestantes todavía poderosos en la Francia de aquel entonces…” (332). De modo Pierina Beckman

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