UNINTERLINGUA 2017
autor presenta a las mujeres en su obra. La di- ferencia entre la novela renacentista de 1554 y la continuación barroca de 1620 no puede ser mayor pues en su obra, Luna parece odiar a Lázaro. Lo rodea de personajes negativos y él mismo decae. Si ya al final de la obra de 1554 Lázaro había su- perado a sus padres en lo económico, ciertamente que no lo logró en lo moral. Pues en la continua- ción de 1620, esa “moralidad” de Lázaro desapare- ce por completo. La misoginia no era algo nuevo en la época de Juan de Luna, ésta existía desde mucho antes. Ejemplo típico es la bien conocida obra de Fer- nando de Rojas, La Celestina, donde ninguno de los personajes femeninos posee verdaderas virtu- des ni característicaspositivas. Los personajes de esta obra son presentados bajo una luz muy nega- tiva. El autor condena a la mujer a ser mentiro- sa, pecadora, prostituta, etc. Para la mujer no hay perdón. Indica Edna Sims que: Pierina Beckman Desde la temprana EdadMedia, se han utilizado los infortunios de la hembra como una especie de tema humorís- tico. Sin realmente tomar demasiado en serio a la mujer, los eclesiásticos utilizaban la propaganda antifeminis- ta de la literatura… como anécdotas a sus sermones de modo que,… los clérigos inadvertidamente convir- tieron el comportamiento de la mala mujer en tema predilecto, no solo de la materia eclesiástica, sino también de varios géneros literarios… (1) The phenomenon ofmisogyny is as old as civilization… King Solomon, after knowing hundreds of women, finally concluded that the good woman is an impossibility. The philosophical patriarch, Aristotle, emphasizes, in one work after another, that woman is by her nature inferior to man…. The Church Fathers rarely had kind words for the feminine sex,… It must be em- phasized that the earlier anti-feminist documents actually treat woman as a concept – and an evil one –rather than as a flesh-and-blood individual. (221) De la misma opinión es el crítico Jacob Orns- tein quien también indica que: Incluso, en los púlpitos de las iglesias, los ser- mones a menudo podían tratar de las faltas de las mujeres. Y estas faltas podían ser utilizadas como ejemplo para advertir a los feligreses sobre los pe- cados y situaciones que debían evitarse. Dado que hasta en la Iglesia podía hablarse de este tema, no es sorprendente que muchos autores pensaran que el camino estaba ampliamente abierto para la crí- tica que después ellos emplearían sobre el sexo fe- menino. Esta crítica se encuentra a menudo den- tro de la novela picaresca. Desde el principio de su continuación, Luna presenta extremadamente mal a la mujer de Lá- zaro. Este personaje se encuentra muy lejos de ser la mujer que mantenía relaciones íntimas con el amo de su esposo, el arcipreste, para asegurarse un trabajo y un techo donde vivir. Bajo la pluma de este autor, a Elvira ya no le interesa ni siquiera pre- tender que no tiene relaciones íntimas con el amo de su esposo, el arcipreste. Al lector se le muestra una Elvira totalmente desvergonzada a quien no le importa que todo mundo sepa que está emba- razada a pesar de que su esposo se encuentra muy lejos de casa. Elvira es sólo la primera de todos los personajes femeninos a quienes el autor degradará a lo máximo. En Estudios sobre la novela pica-
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