UNINTERLINGUA 2017

En toda la novela de Luna encontra- mos que el autor lleva a su Segun- da Parte la realidad del ambiente tal como él la interpreta, añadiendo a todo ello su falta de agudeza en la percepción de los valores estéticos de los personajes y su falta de s e n - sibilidad y compresión humana.… el concepto que tiene Luna del am- biente social y de sus personajes, … se mueve, aunque con marcada ori- ginalidad hiperbólica, dentro de los modelos de las novelas picarescas de la época barroca, a saber: tendencia hacia la delincuencia, excesos noc- turnos, justicia apicarada, exaltación de la vida picaresca, malandanzas y femeninos se ensañan con Lázaro. Más que un pí- caro, el personaje varias veces es presentado por Juan de Luna como un tonto que es burlado más de una vez por mujeres que no sienten ninguna compasión por el personaje. No hay en esta obra mujeres como las hilanderas del Lazarillo rena- centista que se compadecían de Lázaro y que lo defendieron ante las autoridades cuando su amo, el escudero, lo abandonó. El Lázaro de Luna que- da una vez más burlado por estas mujeres sádicas a quienes sólo les interesan los bienes materiales. Son mujeres totalmente inmorales que disfrutan de hacer daño a los hombres. En su artículo “El nuevo mundo social de la Segunda Parte de la vida de Lazarillo de Tormes…, de Juan de Luna”, Lau- renti opina que en este episodio “…hallamos un afán de espectacularidad y una falta absoluta de moral… Las burlas y las risas de que es víctima Lázaro van rodando en un crescendo lleno de ac- ción que ennegrece aun más el ambiente. Hay una gran movilidad, que llega al exasperado sadismo femenino” (172-173). Añade el crítico que “en esta terrible descripción que Luna nos hace de las mujeres el autor se deleita en presentar lo sensual de una manera grotesca y horrenda… Todas las mujeres que aparecen en la Segunda parte salen tan bien con el asunto del comercio sexual que, como diría Cervantes, pudieran leer cátedra en las facultades de la Celestina y de la Lozana andaluza” (183-184). Laurenti clasifica a Juan de Luna como el autor de novelas picarescas “…más resentido y el más antiespañol del Siglo de Oro” (187). Es quizá por esta razón que el autor convierte a sus personajes en caricaturas. Los degrada porque, a su manera de ver las cosas, éstos son representa- tivos de la sociedad y costumbres españolas que existían durante la época de Felipe III. Luna da rienda suelta a toda su frustración y enojo. En los personajes de su obra vierte todos los sentimien- tos negativos que tenía hacia la tierra de la cual se encontraba exiliado. A través de toda la obra de 1620 encontramos un tono pesimista porque ésta era la manera como el autor percibía el mundo. En su artículo “Caricatura y Misoginismo en la Segunda parte de la vida de Lazarillode Tor- mes (1620) de Juan de Luna” también indica Lau- renti que: Pierina Beckman

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