UNINTERLINGUA 2017
El náhuatl en Sta. Catarina Zacatepec: una propuesta para la revitalización de la lengua del Estado de Morelos. El hecho de excluir las lenguas indí- genas de los programas educativos implica no sólo su extinción, sino el desconocimiento de un patrimo- nio cultural, histórico e ideológico del que todos deberíamos de apro- piarnos pues, como afirma Mauricio Swadesh, “de todos los factores culturales que ca- racterizan una comunidad, el lenguaje es uno de los más profundos y persistentes.” La enseñanza de las lenguas indígenas en un mundo globalizado, radica en la necesaria inser- ción de las entidades locales en la construcción de un proyecto histórico de modernidad que supere las tradicionales formas de exclusión social, pero la inclusión de la población indígena marginada implica necesa-riamente la revaloración de sus lenguas, en cuanto soporte de la identidad y la cultura; su importancia no reside pues el núme- ro de hablantes, sino justamente en su acelerada extinción. En México, la educación indígena “bilingüe” ha jugado un rol determinante para la extinción de las lenguas autóctonas, pues su finalidad no ha sido ciertamente la de mejorar su uso, sino la de facilitar el aprendizaje del español; es por eso qui- zá que los textos en lengua indígena editados por la Secretaría de Educación Pública (SEP) carecen de soporte lingüístico y de una normatividad con- sistente. Con base en el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), suscrito por el expresidente Carlos Salinas de Gortari, el Progra- ma Nacional para la Educación Primaria de 1993, propone que “los niños desarrollen el uso de la lengua indígena y del español con similares nive- les de compe-tencia lingüística y comunicativa, a fin de impulsar el desarrollo y la difusión de la len- gua materna en todos los ámbitos de la comunica- ción social para la formación de un bilingüismo coordinado”; sin embargo, los libros de texto pu- blicados por la SEP no parecen cumplir con estos requerimientos. Por otra parte, el uso correcto del idioma oficial resulta especialmente complicado para gran parte de la población, como si hubiera un rechazo in- con-sciente a usar la lengua del colonizador y las lenguas ancestrales desearan es-tar presentes, de- jando su huella en el uso del “español”; ésta es una de las razones por las que se prohíbe a los niños hablarlas. En el Estado de Morelos, por ejemplo, la pronunciación y las estructuras del náhuatl per- manecen más vigentes de lo que solemos imagi- nar, aún para los que ya no lo hablan; eviden-te- mente su innecesaria extirpación no ha dado los resultados esperados.
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