UNINTERLINGUA 2017
Laura Bensasson Existen, claro está, dificultades importantes para llevar a la práctica los propósitos mencionados por la SEP; por ejemplo: • La insuficiencia de maestros bilingües, que además reciben una remuneración menor. •La existencia de formas dialectales muy arraigadas y reacias a todo intento de unificación, indispensable, ésta, para una progra-mación esta- blecida desde las cúpulas. •El impacto de los medios de comunicación masiva. Es así que el uso de la lengua nativa es cada vez más restringido, y ello implica una grave pérdida para nuestra cultura. Además del estigma social asociado al uso de las lenguas autóctonas y las po- líticas educativas y lingüís-ticas -calificadas por algunos de “etnocidas”, en vigor desde la Indepen- dencia, consideramos que algunos factores que contribuyen de manera importante a su extinción son: •El hecho de que solo se transmiten oralmen- te, por el acceso limitadísimo a los medios de co- municación masiva y la producción a todas luces pobre e insuficiente de materiales que les permi- tan estar efectivamente presentes en la prensa, ra- dio, cine, televisión e Internet. •Los hablantes carecen usualmente de las he- rramientas lingüísticas necesarias para establecer, conservar o modificar las nor-mas que rigen su uso. Ante el desinterés, la incapacidad o el franco hos- tigamiento de los gobiernos que nos rigen, la con- servación y la difusión de las lenguas au-tóctonas corresponde, ahora más que nunca, a sus hablan- tes; pero sólo podrán lograrlo en medida en que adquieran los conocimientos necesarios para competir, en el campo educativo y en los medios de difusión, con la lengua oficial. En el caso concreto del náhuatl, los propios ha- blantes desconocen los innumerables textos en y sobre su lengua la más hablada en las épocas pre- hispánica, colonial y en la actualidad, y carcen de las herramientas necesarias para preservarla y difundirla, limitándose casi exclusivamente, para su transmisión, a la comunicación oral. De hecho, el aprendizaje sistemático de la lengua náhuatl ha sido el privilegio de un grupo limitado y selecto de investigadores y humanistas nacionales y extran- jeros. Ciertamente, no han faltado valiosos intentos de rescate y difusión de este idioma en el Estado, pero los resultados no han sido muy alentadores; mencionaremos algunos de los factores que pue- den haber dificultado esta tarea:
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