UNINTERLINGUA 2018
85 de su educación literaria…, que aquí desem- peño puestos de importancia, y que, formando entonces la Nueva España parte integrante de la monarquía española, el criollo que se tras- ladaba a la Península no cambiaba por eso de nacionalidad ni de patria…” (30) En 1913, el crí- tico dominicano Pedro Henríquez Ureña aborda el tema durante una famosa conferencia que pronunció en la Ciudad de México e indica que en las obras del dramaturgo encontramos “…la psicología, la conformación espiritual, el modo mexicano de ver y sentir las cosas. Todos los críticos del teatro español convienen en que las comedias de Alarcón tienen una modalidad particular, esa ‘extrañeza’…” y ve precisamente en esa ‘extrañeza’ la explicación del “mexicanismo” del autor. (31) Continúa su tesis elaborando que “…en medio de la opulencia del teatro español de los siglos de oro; en medio de la abundancia y el despilfarro de Lope, de Calderón y de Tirso, el mexicano don Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza da una nota de discreción y sobriedad. (9) Henríquez Ureña opina que la mesura, los dones de observación y la cortesía que notamos en las obras del dramaturgo concuerdan con su idea del espíritu mexicano. Alatorre agrega que el ensayo de este crítico es de gran importancia pues va más allá de las superficialidades y trata de lograr una penetra- ción psicológica para encontrar una definitiva respuesta a dicho “mexicanismo”. Henríquez Ureña añade que “El mundo de la comedia de Alarcón es, en lo exterior, el mismo mundo de la escuela de Lope… pero este mundo, que en la obra de los dramaturgos españoles vive y se agita vertiginosamente, en Alarcón se mueve con menos rapidez: su marcha, su desarrollo son más mesurados y más calculados, some- tidos a una lógica más estricta” (13). Y que no sólo la nacionalidad contribuye al estilo alarco- niano; el “genio original” y la “experiencia de la vida” desde luego que también influyen. Añade el dominicano que: Sobre el ímpetu y la prodigalidad del español euro- peoque creó y divulgóel mecanismode la‘comedia’, se ha impuesto, como fuerza moderadora, la pru- dente sobriedad, la discreción del mexicano.Y son también demexicano los dones de observación. La observación maliciosa y aguda, hecha con espíritu satírico… el mexicano la guarda socarronamente
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