UNINTERLINGUA 2018
93 lo mismo que se había dicho antes y su obra más famosa, “La verdad sospechosa”, no es siquiera mencionada. Sin embargo, en el siglo XIX en México se escribieron varios artículos sobre Alarcón. En la temporada teatral de 1805 a 1806 apareció la primera producción de una obra alarconiana: “El tejedor de Segovia”. “Las paredes oyen” se produjo en 1844 y, finalmente, en 1868 “La ver- dad sospechosa”, pero no es sino hasta 1913 que empiezan a aparecer estudios serios sobre el dramaturgo como los hechos por Pedro Hen- ríquez Ureña, Alfonso Reyes, Jiménez Rueda, Rodolfo Usigli y otros ya antes mencionados en este trabajo. El 29 de septiembre de 1934 en la Ciudad de México se inaugura el Palacio de Bellas Artes con una representación de “La verdad sospe- chosa”. El día de hoy se reconoce a Juan Ruiz de Alarcón como uno de los hijos más ilustres de México. Irónico es que mientras el dramaturgo vivió no fue aceptado, ni mucho menos reconocido en su país natal ni en el país donde tantas burlas y humillaciones sufrió mientras lograba obtener un puesto que le permitiese vivir con dignidad y seguridad económica. El día de hoy, el “mexicanismo” o ausencia del mismo en Alarcón es motivo de debate entre los críticos porque todos desean descubrir en definitiva qué fue lo que motivó su estilo, estruc- tura, temas, personajes y todo aquello que esté relacionado con la perfecta construcción de sus obras. Tanto para México como para España sería un gran honor el poder decir definitivamente “Alar- cón es nuestro”, pero por el momento, mientras el debate sobre su “mexicanidad” continúe, éste en el fondo no es más que un tributo a la gran- deza y singularidad del autor. Bibliografía Acosta, Alejandro G. “La ‘Mexicanidad’ de Juan Ruiz de Alarcón:
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