UNINTERLINGUA 2019
de la SEDESOL (Secretaría De Desarrollo Social) y la SEDATU (Secretaría de De- sarrollo Agrario Territorial y Urbano) para financiar campañas del PRI (Partido revo- lucionario Institucional triangulando dinero a través de universidades públicas y paraí- sos fiscales fuera del país, o los periodis- tas que colaboraban con Carmen Aristegui y que abordaron el tema de la casa blanca de Peña Nieto. Esos son los periodistas que valen, pero ser un periodista así tiene un costo y un riesgo; ellos, empezando por Carmen Aristegui, se quedaron sin trabajo hasta que ella logró rehacer su portal y ahora, ya que la recontrataron, va a poder tener un ingreso digno, aunque estuvieron varios años en el desempleo y además, en su caso, estuvo o está todavía lidiando con una demanda y un pleito legal con MBS. Para ser un periodista que asume su papel crítico, se requiere tener agallas. Es muy fácil instalarse en un medio y publicar cualquier cosa que te pidan sin cuestionarlo ni investigarlo, sólo son algu- nos los que tienen el valor de hacer pe- riodismo de investigación, que saben que van a develar algo que no le va a gustar al poder económico o al poder político y que eso los hace objeto de algún tipo de repre- salia; yo siempre cuestiono “¿qué tipo de periodismo quieren hacer ustedes?” Por- que yo he conocido mucha gente que sale de escuelas de comunicación y no sé por qué, pero la mayoría desea aparecer en una pantalla de televisión leyendo noticias. Yo creo que es una especie de vanidad, pero no veo una verdadera vocación periodística; aparecer en una pantalla leyendo noticias no es hacer periodismo, es leer noticias. El periodismo lo hacen los que investigan la información que lee la persona que está en la pantalla ¿cuál periodismo quieren hacer? Sentarse frente a una pantalla porque te ves muy guapo, te salen muchos admiradores o admirado- ras, o quieres intentar buscar la informa- ción, a ver en dónde te la publican y a ver qué pasa después de que te la publiquen, es decir, estamos hablando de dos co- sas totalmente distintas, claro el primer modelo es el modelo frívolo que impuso la televisión por muchos años, un modelo de conductores muy conocidos que en su momento era el ejemplo clásico de Jacobo Zabludovsky o Lolita de La Vega, o des- pués Joaquín López Dóriga o Carlos Loret de Mola; esos nombres no son sinónimo de periodismo limpio, ni periodismo ético, ni periodismo combativo, es decir, es todo lo contrario. Todos los conocemos y son gente muy popular y muy famosa porque todo Mé- xico los ve en la televisión, pero ¿vale la pena hacerse así conocido?, ¿es eso a lo que uno aspira? o aspira al otro tipo de trabajo periodístico que es el que incluso te puede costar la vida. En este sexenio, el de Peña Nieto, ha habido un cantidad enorme de periodistas asesinados, desa- parecidos y desplazados, que han tenido que buscar refugio en otras partes, sobre todo en Veracruz donde ha habido un éxodo de periodistas que viajan hacia la Ciudad de México y otros lugares para proteger su vida. Esos no son los que salen en la televi- sión, ni que los maquillan para que se vean bonitos, esos son los que hacen el periodismo de investigación que pone en riesgo sus vidas; dos compañeros míos,
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