UNINTERLINGUA 2019

El hombre artificial Ilustración por VAleria Uccelli (2006) ...su creación necesitaría recibir una enorme descarga de dolor para desarrollar sensibilidad en su sistema nervioso... En el caso de El hombre artificial, se sabe que el método para dar vida a Biógeno es el de la tortura y que sus creadores son tres científicos; el material es el único detalle que no se provee. El experimento en sí se narra paso a paso, como si fuera un documental; es presentado como algo totalmente científico. De manera que la narración puede ser considerada como tética. Jean-Paul Sartre en su libro L’Ima- ginaire explica que una narrativa “tética” es una que intenta ser presentada como realidad. Es decir que en este caso algo que sabemos que es ficticio (el experi- mento) es presentado como científico y real. Ni la magia, ni un dios, ni ninguna otra cosa de ese tipo intervienen en la creación de este hombre artificial. Aunque el material utilizado para crear a Biógeno no se conoce, el lector sabe que físicamente estaba hecho a imagen de sus creadores. El narrador indica “El ser que yacía de espaldas frente a ellos era un hombre de mediana estatura, de maravillo- sa proporción. Representaba veinticinco años. Las facciones tenían una serenidad sorprendente. Los ojos estaban cerrados y el pecho subía y bajaba rítmicamente… maravilloso ser que yacía desnudo, respi- rando armoniosamente.” (p. 44) El siguien- te paso era darle no sólo vida sino también un conocimiento acumulado, es decir, un conocimiento como el adquirido a través de los años por los humanos, porque Biógeno debía ser un hombre en todos los sentidos y no solamente un recién nacido intelectualmente. De modo que debía ser como otros hombres o aún mejor ya que sus creadores querían lograr la perfección. Esta creación no moriría después de dos horas como había muerto la rata. Con esta ambición puede verse la arro- gancia que estos tres científicos poseían.

RkJQdWJsaXNoZXIy ODkzNjU=