UNINTERLINGUA 2019

Quieren lograr más y más; ir más lejos de lo que jamás ningún otro científico hubie- se logrado con este tipo de experimento. Un fracaso como el de la rata no era una opción para ellos. Tienen una sed de glo- ria que no se detiene ante nada. El tema de vanitas vanitatum (vanidad de vanida- des) se encuentra implícito. A través de sus cálculos los tres cientí- ficos habían concluído que su creación necesitaría recibir una enorme descarga de dolor para desarrollar sensibilidad en su sistema nervioso, una sensibilidad que de otra forma sólo el paso del tiempo po- dría darle. Donissoff explicó que “[Bióge- no] ha sido fabricado como acumulador, pero ahora será una bobina, un carrete… la corriente obrará por influencia”. (p. 47) La idea de la tortura horrorizaba a Sivel y a Ortiz, pero a pesar de sus dudas ya no podían detenerse. Los tres habían sacri- ficado demasiado para llegar hasta este punto. Pero ahora, con su experimento ya casi finalizado, la tortura de un ser humano, necesaria para el éxito, no podía interferir en su total triunfo científico. Donissoff ha- bía traido de la calle a “un hombre pobre- mente vestido, muy flaco y de semblante amarillento… El sujeto, evidentemente tí- mido miraba con gran sorpresa a los tres hombres, hasta que su vista se fijó en las lámparas eléctricas, la mesa refulgente y el hombre tendido sobre ella”. (p. 45) El vagabundo se encontraba aterrorizado en “aquel laboratorio con su aspecto de infierno, y los tres demonios devoradores de hombres, su ser todo se había roto en un alarido al ver lo que le esperaba”. (p. 48) Desnudo lo colocaron al lado de Bió- geno, le amarraron los pies y las manos a la mesa y lo conectaron (en un modo no Al octavo desesperado grito de la víctima, Sivel también abandonó el laboratorio, pero el diabólico “ángel” continuó con su tarea macabra.

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