UNINTERLINGUA 2020

el pavimento era demasiado duro para sus pies descalzos y pidió al niño que lo cargara. El niño no tuvo ningún problema para hacerlo pues el ángel pesaba menos que plumas. Era “…el más raro espectáculo: un niño conduciendo a un ángel por los senderos de este mundo” (p. 48) y no al revés como acostumbramos a ver en imágenes y estampillas religiosas. De cualquier forma, nadie ponía atención porque los hombres y las mujeres de ese pueblo estaban demasiado ocupados para notar tal cosa. José María Martínez hace notar que el ángel de Nervo “sólo encuentra su función entre los más inocentes o idealistas (niños y poetas) pues los demás andan ocupados en las tareas prosaicas del siglo y viviendo en un sistema sin espacios operativos para los agentes celestes o espirituales” (p.22). Cuando el niño y el ángel finalmente llegaron a casa, la mamá del niño limpió y vendó el ala del ángel. Ahora podía levantarse y su hermosura podía ser admirada. El ángel es- taba libre para caminar por la casa. Al niño y a su hermana, María, les encantaba jugar 15

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