UNINTERLINGUA 2020

Cuando veo pasar a mi pareja, no veo ni su esqueleto ni sus músculos, lo que veo es un cuerpo envuelto en una piel color caoba, brillante, que se mueve con can- dencia y sensualidad. ¿De qué está hecha su piel? ¿Cuáles son las funciones de la piel? De acuerdo con los especialistas, la piel de mi pareja es su órgano sexual más importante, ya que todo el cuerpo es una zona erógena, es decir, que ella puede sentir y yo puedo sentir placer, en cada uno de los poros de esa hermosa piel brillante. Sí, comparto con Serrat, que “el placer es un sueño en la piel”. Ojalá escu- chen a Serrat. Pero, ¿de qué está hecha esta piel? La teoría dice que, de epider- mis, dermis e hipodermis, que lío. Cuando me excito al tocar la piel de mi pareja, estoy en comunión con epidermis, dermis e hipodermis, jamás le diría yo eso a mi pareja, ¿no? La piel de mi pareja es sua- ve, lisa, brillante, pero, ¿qué hace que la sostenga? La respuesta obvia, es el siste- ma óseo, el cual está compuesto de hue- sos y cartílagos. Los huesos están cons- tituidos de osteocitos y osteoclastos, los cuales son las células que proporcionan el calcio y remodelan el hueso. Es chistoso, hay huesos planos como las escápulas y la bóveda craneana; huesos largos como el húmero y el fémur, y huesos cortos como los metacarpos. Asimismo, esos huesos compactos y esponjosos, y la fun- ción principal de todos ellos, es dar la es- tructura básica. Encima de estos huesos, se encuentran los músculos, que pueden ser estriados o lisos, que pueden llegar a integrarse en un as muscular, los cuales inciden directamente en los movimientos. A estas alturas de mi relato, el cuerpo de mi pareja apenas empieza a tener forma. Y así, la ponencia implica hablar de todo lo que hay dentro de nosotros, pero creo que, por ahí… Propongo la siguiente can- ción, cuando veo el cuerpo de mi compa- ñera ¿Qué veo? Veo una figura estética, color caoba, firme, sensual, seductora y sexuada. Veo unos ojos que brillan, unos labios delgados y sensuales, veo un cuello fino y delgado, veo unos senos firmes y bien proporcionados como cántaros de miel. Veo una cintura bien formada, veo unas caderas generosas, bien dotadas. Veo unos muslos que me inquietan, que me jalan la vista, que me intranquilizan. Veo unas piernas bien torneadas y eviden- temente, el deseo entra por mis ojos, se apodera de mi cuerpo, de mis fantasías, de mis sensaciones y de mis pensamien- tos. Pero, ¿cómo me siento ante esos de- seos? Me siento bien, me gusta, me agra- da sentir lo que siento, siento placer al fantasear cómo nos vamos a besar, cómo nos vamos a acariciar, cómo nos vamos a explorar. Me agrada fantasear cómo voy a recorrer con las yemas de mis dedos su cuerpo erótico y siento que se dibuja en mi rostro una sonrisa, siento como mis labios se pandean y se expanden. Siento cómo mis ojos empiezan a brillar, siento cómo los pensamientos de odio comienzan a desaparecer, como la rutina y la mono- tonía se desvanecen, como lo banal de desintegra y cómo finalmente entro a un mundo blanco y brillante, donde ella y yo nos subimos a un barco sin timón. Esas es la sexualidad, ese es el erotismo, eso es lo único que podría quitar la violencia. 61

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