UNINTERLINGUA 2020

un boletín de “Reporteros sin fronteras”: “hay un periodista preso, en Guanajua- to, acusado de narcotráfico sin ninguna prueba.” Eso por supuesto, preocupó mucho al gobierno de Guanajuato, enton- ces encabezado por el gobernador Juan Manuel Oliva Ramírez. En contra parte, la entonces Procuraduría de Justicia de Guanajuato, emitió un comunicado dicien- do que “se había detenido a Jesús Lemus, pseudoperiodista y narcotraficante, que se hacía pasar como director de un medio de comunicación, pero que en realidad era jefe de la Familia Michoacana.” Ese bole- tín de la PGJ de Guanajuato, se difundió a nivel nacional. Ese es el peso de la res- ponsabilidad social, que a veces tienen los periodistas, como sin medir consecuencia pueden destrozar la vida una persona. Ahí me acabaron socialmente, yo en Michoa- cán, todo el mundo, todo el mundo en el gremio me conoce como narco-periodista. No soy narco-periodista, soy periodista que escribe de narcotráfico. Pero, eso es producto de los compañeros del gremio. Cuando aparece esa publicación, en contrapeso de lo que decía “Reporteros sin fronteras”, el Gobierno del Estado de Guanajuato decide crear una estrategia para sacarme de ese lugar. A ellos les urgía que yo no estuviera en una cárcel en Guanajuato, que siguiera preso, pero no en una cárcel en Guanajuato. Enton- ces, alguien determinó que la única forma de sacarme de la cárcel de Guanajuato, era mandarme a una cárcel federal y para mandarme a una cárcel federal, tenían que determinar que yo era un reo de alta peligrosidad, para poder acceder a esa cárcel. Entonces, vino lo que yo considero una de las principales agresiones del sis- 72

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