UNINTERLINGUA 2020

tema. El juzgado determinó que yo fuera declarado reo de máxima peligrosidad, luego de un examen criminológico que se me hizo al vapor. Un día llegó a la cárcel de Puentecillas una persona me dijo que yo iba del Departamento de Criminología y que me iba a hacer un examen de crimi- nología y criminalística, lo único que me preguntó fue la edad y mi nombre. Y eso fue lo que hizo que me llevaran a la Cárcel Federal de Puente Grande, donde estuve encarcelado 3 años y 5 días, con reos de alta peligrosidad, como Rafael Caro Quin- tero, como Alfredo Beltrán Leyva, Daniel Arizmendi, “el Mochaorejas”, Mario Aburto, el asesino confeso de Colosio, entre otros. Ahí en la prisión, nunca dejé de sentirme periodista. Esta historia está contada en un libro que tengo, que se llama “Los Mal- ditos”. Está en todas las librerías, están “Los Malditos 1” y “Los Malditos 2”. Los pueden encontrar en las librerías. Resulta que se dijo que yo era un reo de alta peligrosidad y entonces se me manda a la Cárcel Federal de Puente Grande. Yo fui asignado a un lado de la celda de Rafael Caro Quintero, uno de los reos más peligrosos de aquel tiempo y bueno, de la actualidad. Y en esa celda, ahí comencé a conocer el sistema carcelario, que es uno de los más crueles en México y son cár- celes de exterminio. El sistema carcelario en México está diseñado para quebrar a la persona, moral, física, intelectual, en todos los sentidos, espiritualmente. Un oficial, nos regalaba a todos los presos que estábamos desnudos en esa sección de celdas, nos regalaban dos cuadritos de papel, y nos decía el oficial “Ten, es lo 73

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