La Ronda Divisional volvió a exhibir el mejor nivel de la campaña
- Raúl Allegre
Llegaron los ocho mejores equipos sin lugar a duda. Cinco de los quarterbacks titulares habían sido campeones del Super Bowl. ¿Los otros tres? Primeras selecciones globales en el draft. El otro factor de la ecuación son los entrenadores en jefe. De los ocho que participaron, siete tenían experiencia de Super Bowl ya sea como entrenadores en jefe, o como coordinadores. El único que no lo había hecho, Ron Rivera, estuvo como jugador.
La combinación de un mariscal de campo de primer nivel, con un entrenador que conoce lo que se necesita hacer para avanzar en los playoffs, define a los contendientes. Esta combinación de factores auguraba un fin de semana especial, y como siempre sucede, la ronda divisional no defraudó. No tuvimos sorpresas, ganaron los mejores sembrados, pero los partidos fueron parejos.
Quizás el único que nunca estuvo en duda fue el primero entre los Kansas City Chiefs y los New England Patriots. No pude ver el primer tiempo porque estaba viajando, pero lo pude escuchar por radio. La transmisión era la de los Pats por lo que la narración, y en particular los comentarios, estaban “un poco” inclinados hacia el equipo local.
Aun con tal parcialidad y favoritismo, no me costó trabajo visualizar el dominio de los Pats comenzando con una serie ofensiva de 11 jugadas y 80 yardas que culminó en touchdown. Faltaba todavía mucho por jugar, y Kansas City respondió con su propia serie inicial de 17 jugadas y 64 yardas que culminó en un gol de campo, pero en ese momento “vi” claramente, mientras manejaba, que salvo una catástrofe este partido era de puro trámite; y así lo fue.
Fue un caso típico de un gato que juega con un ratón hasta que decide comérselo. El marcador indica una diferencia de sólo 7 puntos. Kansas City terminó con más yardas, más primeras oportunidad y mejor tiempo de posesión, pero nada de esto refleja lo que sucedió en el partido. Después de la primera serie ofensiva, New England tuvo el control del partido. Bill Belichick, por más que lo quieran demeritar, es un maestro entendiendo y manejando situaciones. Conoce perfectamente los puntos fuertes y débiles de su equipo. Esto fue claro en la manera como culminó el encuentro.
Alex Smith, quien tuvo un partido eficiente, marchó con su equipo hasta anotar un touchdown faltando 1:18, pero consumió 5:16 minutos en 16 jugadas. Fue evidente el pésimo manejo del reloj y la cantidad de tiempo desperdiciado entre cada jugada. A diferencia del duelo entre los Green Bay Packers y Seattle Seahawks en el Juego de Campeonato de Conferencia del año pasado, los Pats ejecutaron a la perfección la recuperación de la subsecuente patada corta y liquidaron el partido haciendo lo que saben hacer. Lanzaron un pase corto necesitando 12 yardas para el siguiente primero y 10.
Tom Brady celebró el regreso de Julian Edelman a pesar de que éste soltó varios pases. No es fácil incorporarse sin problemas a un juego de pase de precisión como el de los Pats. Haber jugado este partido le va a ayudar el resto de los playoffs. Para Kansas City fue una excelente temporada. Extrañaron a Jeremy Maclin en el cierre del partido. Andy Reid seguramente buscará otro receptor para ayudar a Smith. Reid sabe que para vencer a Brady, y al resto de los mariscales de campo de élite de la NFL, no sólo basta ser eficiente, hay que ser espectacular.
Y espectacular fue Aaron Rodgers en una causa perdida, pero tuvo mala suerte con el volado. En dos años consecutivos los Packers han sido eliminados en tiempo extra porque Rodgers perdió el volado. Este sábado fueron dos volados. Fue cómico lo que sucedió cuando la moneda en lugar de rotar, giró sobre su eje como si lo hacen las pizzas cuando los cocineros preparan la maza. Espero esto no propicie a que se redacten aún más reglas, en este caso para regular el volado. Una vez que Rodgers se quejó que la moneda no había rotado, no le dieron la oportunidad de volver a escoger y perdió por segunda vez. Eso se llama estar “salado”.
Volverá a surgir el debate de si deben ambos equipos tener por lo menos un posesión. Yo pienso que sí.
El partido fue flojo en el primer tiempo, pero tuvo un final espectacular. Hubo un momento en el que parecía que Green Bay se adueñaba de la situación en el tercer cuarto después de la serie ofensiva en la que Eddie Lacy les pasó por encima. La defensiva, que había mantenido a los Arizona Cardinals en el partido a pesar de los errores mentales de Carson Palmer, parecía estar agotada. Fue en ese momento que Bruce Arians, quien fue genio y descuidado en el mismo partido, decidió facilitarle la vida a Palmer e involucrar a Larry Fitzgerald en el partido. Hasta ese momento Fitz tenía sólo una recepción en dos pases que le habían lanzado, pero en la siguiente serie ofensiva tuvo tres para 71 yardas, la mayoría después de la recepción.
En momentos de desesperación, son los veteranos, sobre todo aquellos con son futuros miembros del Salón de la Fama, a los que hay que recurrir. En esa serie ofensiva, anotaron sólo un gol de campo, pero le dieron la oportunidad a su defensiva de descansar, y así pudieron contener los embates de Green Bay hasta la última vez que los Packers tuvieron el balón.
Palmer no jugó bien. Lanzó dos intercepciones después de pases malos resultado de decisiones que fueron peores. Sería quizás la presión de querer ganar su primer partido de playoffs, pero el touchdown que les dio la ventaja debió haber sido interceptado. Con el partido en la bolsa, y Green Bay sin tiempos fuera, Arians decidió lanzar un pase que fue incompleto en lugar de acarrear y llegar a la pausa de los dos minutos. Arizona corrió en tercera oportunidad faltando 29 segundos para llegar a la pausa. En esta vida lo más valioso es el tiempo, y en un juego de fútbol americano lo último que quieres hacer es darle tiempo a pasadores como Rodgers.
El final fue apoteótico con Rodgers completando en un pase de 60 yardas en cuarta y 20 desde su propia zona de anotación, y después, tres jugadas más tarde, otro pase de touchdown lanzando el balón después de correr a su izquierda y mientras caía hacia atrás. Jeff Janis, quien antes de este partido tenía dos recepciones para 79 yardas en TODO el año, fue quien atrapó estos pases para un total de 101 yardas.
En tiempo extra, Palmer tuvo su propio pase espectacular después de evitar una captura y lanzando un pase cruzado a Fitzgerald quien llevó el ovoide 75 yardas hasta la yarda 5, para anotar dos jugadas después el touchdown de la victoria. Desde hace varias semanas he dicho que Arizona es el mejor equipo que había visto en video. Lo considero el más completo de los cuatro que quedan, pero después del sábado, tengo mis dudas sobre la capacidad de Palmer de aguantar la presión de un Campeonato de Conferencia.
No pude tampoco ver completo el duelo entre Seattle y los Carolina Panthers porque estaba preparando el último partido de la ronda. Cuando por fin pude encontrar un televisor, no podía creer que Carolina fuera ganando 14-0 en menos de cuatro minutos. Traté de seguir el partido mientras revisaba mis apuntes. De los detalles que resaltaron fue la presión de la línea defensiva de Carolina, en particular de su tackles. Revisando la intercepción de Luke Kuechly fue debido a la presión de Kawannn Short por el centro. El pase fue forzado al igual que la siguiente intercepción provocada por Mario Addison. Cuando un equipo es capaz de presionar con sólo cuatro jugadores le facilita a sus linebackers y jugadores de la defensiva secundaria la labor de cubrir. Hacia el final del primer tiempo, con el marcador 31-0 a favor de los Panthers, Pete Carroll tuvo la oportunidad de patear un gol de campo, pero decidió jugársela sin éxito. En ese momento faltaban 2:22 antes del descanso.
En los playoffs, es un error no aprovechar las oportunidades de anotar. Los primeros puntos del partido son los más difíciles de conseguir aun si tan sólo es un gol de campo. La culminación de una serie ofensiva en puntos le da confianza a un equipo. Entiendo el deseo de querer anotar un touchdown antes del medio tiempo, pero no estamos hablando de 1 yarda o 2, era cuarta y 5. La retrospectiva nunca falla, pero que diferencia hubieran hecho eso 3 puntos al final del partido.
Seattle sacó casta de campeón y nunca se rindió. Explotaron el punto débil de la defensiva de Carolina que son los safeties. Ni Roman Harper ni Kurt Coleman son buenos en cobertura de pases. Coleman fue responsable en dos de los tres pases de touchdown de Russell Wilson. El primero en tratando de cubrir a Tyler Lockett y el segundo al estar fuera de posición cuando Wilson improvisaba. Al final, perdiendo por 10 puntos, Seattle tuvo que patear un gol de campo. Nunca tuvieron otra vez el balón. Los 3 puntos al final del primer tiempo les hubieron dado otras opciones.
Carolina me recuerda a un equipo de preparatoria. No lo digo despectivamente. Juegan con el entusiasmo de un adolescente en lugar de la frialdad de un profesional. Este equipo refleja la personalidad de Cam Newton más que la de Rivera. Al igual que un adolescente, el humor y el temple son imprevisibles y esto se notó en el segundo tiempo en el que bajó su nivel de intensidad. Sufrieron al final. Asumo que aprendieron una gran lección: en los playoffs NUNCA hay que bajar la guardia. En el primer tiempo corrieron con autoridad y acumularon 118 yardas en 23 acarreos. En el segundo lograron 26 yardas en 18. Si no juegan el siguiente partido los 60 minutos, se quedarán en la orilla.
El “hubiera” no existe, pero está presente en los fans de los Pittsburgh Steelers. Al igual que Arizona, hace unas semanas los consideraba el equipo más peligroso de la conferencia Americana. Pero es difícil ganar sin tu mejor corredor, tu segundo mejor corredor, el quizás mejor receptor de la NFL, y con tu quarterback como se dicen en el barrio, “a medios chiles”.
El esfuerzo que hizo Pittsburgh en circunstancias precarios fue admirable. DeAngelo Williams habría sido suficiente para vencer a un equipo de los Denver Broncos que tiene seis semanas consecutivas con serios problemas a la ofensiva. Fitzgerald Toussaint, con la oportunidad de su vida, jugó un partido sólido hasta que soltó el balón en territorio de Denver faltando 9:52 minutos en el partido. Ese error pareció desinflar el espíritu del equipo ya que su defensiva, la cual había dado un gran partido, sobre todo defendiendo el juego terrestre, permitió una serie ofensiva en la que Denver corrió en 10 de sus 13 jugadas.
Fue hasta cierto punto triste ver a dos de los mejores pasadores en la historia de la NFL reducidos a ser tan sólo administradores de juego debido a sus limitaciones físicas. Ambos mostraron esfuerzo y entrega, pero no el dominio de sus ofensivas como nos habían acostumbrado. La defensiva de Denver, la mejor en la NFL en yardas permitidas, quedó a deber. Permitieron 396 yardas totales, incluyendo 339 a un mariscal de campo con un brazo limitado y sin su mejor receptor. Peyton Manning no jugó mal. No cometió los errores que tuvo en muchos partidos esta temporada, pero no asumió el control del partido. Cierto es que sus receptores soltaron seis pases y que el viento fue factor, pero no lo vimos intentar ningún pase profundo. Tomó buenas decisiones y puso a su equipo en situaciones favorables, pero no estoy seguro que eso le alcance contra los tres pasadores que quedan, más aún si la defensiva no eleva su nivel de juego.
Quedan los Campeonatos de Conferencia. Así como la Ronda Divisional es la mejor semana de la NFL, la de los campeonatos es la de más presión. Esta es la última semana en la que si un equipo pierde se termina su temporada mientras el otro avanza. Por primera vez en playoffs se enfrentarán dos ganadores del trofeo Heisman por un lado y tendremos la versión 17 del duelo Brady versus Manning por el otro.
En la NFL todo puede cambiar para un equipo de una semana a otra. Para los que dicen que Brady la tiene fácil, su marca jugando en Denver es de sólo 2-6. En esos partidos contra Manning, Brady tiene una ventaja de 11-5, pero en campeonatos de conferencia Manning lo supera 2-1.