El jefe quiere nuevas ideas, pero uno siente que no puede ni pensar. Para ventilar la mente y tener nuevas ideas, se pueden emplear algunas técnicas de lluvia de ideas con el objetivo de lograr un pensamiento lateral que permita imaginar nuevos caminos. Aquí, siete métodos para poner en práctica:
VIAJE A LO DESCONOCIDO
¿Está buscando una nueva idea, un nuevo método de trabajo o una nueva presentación? Una forma de salir del atolladero es sumergirse en otro ambiente completamente ajeno para observar cómo se trabaja allí. Es así como, por ejemplo, un dueño de restaurante que busca hacer mejoras en su local hará bien en visitar hospitales o incluso cruceros. El objetivo es asimilar las impresiones sin valorarlas y sumergirse en otro mundo. Luego, se las debe analizar con tranquilidad. Muchas veces se encuentran en este proceso nuevas inspiraciones para el trabajo y los negocios.
DALE VUELTA A LAS COSAS
Una opción cuando se quieren mejorar las cosas es pensar en distintas posibilidades. Sin embargo, cuando esto no funciona, hay que pensar a conciencia en qué podría empeorar la situación. Este método consiste en invertir la situación y pensar en los peores escenarios posibles. El truco es que para el cerebro suele ser más fácil pensar en negativo, por lo que con este método se consigue cierta inspiración útil para los momentos en que se necesita pensar en positivo.
INTUICIÓN SEMÁNTICA
Este método consiste en asociar términos de forma aleatoria con el objetivo de generar nuevas ideas. Primero hay que formular el tema para el cual se necesitan nuevas ideas. Luego, se anotan en pequeños papeles todas las palabras y términos que se le ocurren a uno sobre ese tema. Luego se mezclan los papeles y se van sacando de a dos. El desafío es unir estas dos palabras y ver si de su asociación surge una nueva idea. Las parejas de palabras que no parecen tener nada que ver entre sí son, por lo general, las que funcionan mejor como disparadores.
CREATIVOS DE LA MESA REDONDA
Para los barinstormings en equipo se recomienda una mesa redonda. Todos deben sentarse en círculo y en el centro de la mesa se coloca una pila de tarjetas. Cada uno debe tomar una tarjeta y escribir en ella una idea para el proyecto deseado. Luego, pasa esta tarjeta a quien se encuentra a su izquierda. Éste decide si quiere añadir algo o no. Las tarjetas siguen rotando alrededor de la mesa hasta que llegan al punto de salida. La ventaja de este método es que ayuda a los introvertidos a plantear sus ideas, mientras que, por otro lado, gracias al anonimato, se disuelven las jerarquías.
JUEGA CON LOS CAMBIOS
Las cosas innovadoras son aquellas que se distinguen del resto. Por eso, en el caso de un producto, sirve imaginarlo de forma completamente distinta, ponerlo en otro contexto, jugar con la idea de cambio. Incluso se puede pensar en características distintas para el producto en cuanto a aroma, color, forma… ¿se lo puede achicar, agrandar, construir en otro orden? ¿Cómo llamaría de inmediato la atención?
TIEMPO 30
Cuando se está completamente en blanco en medio de un proceso creativo, puede ayudar el método conocido como “tiempo 30”. Para ello, se escribe una palabra cualquiera, que no tiene nada que ver con el tema a tratar, en un papel. Durante un minuto deben anotarse todos los términos -en lo posible 30- que se le ocurra a uno en relación con esa palabra. El truco es que la escritura constante activa el subconsciente, lo que puede ayudar a salir del blanco mental.
IMÁGENES MOTIVADORAS
Para esta técnica se emplean imágenes que tienen poco que ver con el problema a solucionar, como un vaso de jugo de naranja o una planta. Una vez que se cuenta con las imágenes -fotos de revistas, un juego de “memory”- hay que preguntarse: “¿Qué estoy viendo? ¿Qué siento? ¿Puedo aplicar estas asociaciones a mi problema?”. De esta forma, se incentiva al cerebro de forma insospechada.