La NFL según Goodell

Las 10 maneras que ha cambiado la NFL bajo el mandato de Roger Goodell

  • Kevin Seifert, ESPN.com (EE.UU.)

Hace diez años los dueños de la NFL promovieron a Roger Goodell al puesto de comisionado, una decisión que reconoció la dedicación de Goodell a la liga a lo largo de su vida y que tenía como objetivo dar su sello de aprobación al status quo.

Sin embargo, su mandato no sólo ha continuado el legado de sus predecesores. La NFL de Goodell es muy diferente a la que presidieron Paul Tagliabue y Pete Rozelle. Su visión es única y sus métodos distintivos, aun cuando no sean más que una mera aproximación educada a lo que sus jefes prefieren.

Así que, he aquí diez maneras en que la NFL ha cambiado bajo el liderazgo de Goodell, una por cada año.

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1. Desmesurada obsesión por las ganancias 
La NFL ha sido siempre un negocio con ánimo de lucro, pero sus intentos de aumentar los ingresos se han intensificado notablemente en los últimos diez años. Durante una reunión de dueños en el 2010, Goodell estableció públicamente la meta de $25,000 millones de dólares en ingresos anuales para el 2025.

En ese momento, la liga recibía aproximadamente $8,000 mmd al año. La revista Forbes ha estimado que sus ingresos actuales están por encima de los $13,000 millones. La mayoría de las decisiones de la liga durante el ejercicio de Goodell se pueden ver a través de este prisma, ya sea el aumento de juegos en Londres, la elección de los Rams para Los Ángeles, la realización de juegos en jueves por la noche o la promoción del reemplazo de estadios de 25 años de antigüedad. (El Georgia Dome de Atlanta, que se inauguró en 1992, se convertirá el próximo año en el Mercedes-Benz Stadium valuado en $1,400 millones de dólares). Para ser justos con Goodell, es probable que este enfoque coincida con la agresividad de sus jefes, cuyas franquicias están valuadas muchas veces más de lo que valían hace sólo una década. Esperan grandes beneficios.


2. Una verdadera empresa
La NFL no está dentro de las empresas más grandes de los Estados Unidos, pero su tremenda presencia pública bajo la dirección de Goodell, le ha dado muchas de las mismas características. Tiene un CEO con un sueldo muy elevado: Goodell ha recibido $142 mdd tan solo desde el 2011. Ha organizado un grupo de cabildeo en Washington para que apoye sus intereses en el congreso, primero liderado por Cynthia Hogan y ahora por Nicole Gustafson, asistente en el congreso desde hace mucho tiempo. (La NFL hizo un gasto de $1.2 millones de dólares por concepto de cabildeo en el 2014, dos veces más que la MLB, la NBA y la NHL combinadas, y el Comité de Acción Política para Campos de Futbol recaudó $900,000). Bajo el liderazgo de Goodell, la NFL estuvo dispuesta a gastar lo suficiente en costes legales para sobrevivir a la demanda colectiva de miles de jugadores que responsabilizaron a la liga por el deterioro de su salud, específicamente en lo que se refiere a conmociones cerebrales, y elaboró lo que analistas legales llaman una resolución favorable. Hace poco, Goodell reorganizó el departamento de relaciones públicas de la liga y contrató al poderoso ejecutivo Joe Lockhart, quien fue el secretario de prensa durante el mandato de Bill Clinton, para mejorar sus comunicados. La NFL de Goodell ya se comporta como una gran empresa de todas las maneras imaginables.


3. Creciente reconocimiento de las conmociones cerebrales 
En sentido relativo, la NFL ha mejorado significativamente la política de conmociones desde que promovieron a Goodell en el 2006. Incluso entonces, el tratamiento de las lesiones de cabeza se llevaban a cabo en el lejano oeste, un tiempo en el que los jugadores (conscientes) decidían si regresar o no a un juego después de sufrir una lesión en la cabeza. Y para ser sincero, el tema no parecía ser de gran importancia hasta que Goodell fue interrogado en una audiencia legislativa en el 2009 sobre la negación de la liga de reconocer la relación que existe entre las lesiones cerebrales y el futbol americano.

Desde entonces, la liga ha formalizado un protocolo para diagnosticar y tratar las conmociones cerebrales y el regreso de los jugadores al campo. Ahora neurólogos independientes se paran junto a la cancha durante los partidos y trabajan con un observador médico desde el palco de prensa. Este verano, la liga estableció un esquema disciplinario para los equipos que no respeten la política. Las reglas diseñadas para minimizar los golpes a la cabeza han tenido un efecto positivo.

La estrategia está lejos de ser perfecta y los jugadores motivados aún pueden encontrar la manera de jugar con una conmoción cerebral. Pero cualquier observador objetivo podría coincidir en que la actitud de la liga en relación con las conmociones y lesiones cerebrales es mucho mejor ahora que en el 2006.

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4. Disciplina estricta e imperfecta 
Goodell ha convertido la disciplina de los jugadores en una de sus principales prioridades, incrementando el monto de las multas y alargando la duración de las suspensiones por violaciones a la política de conducta personal. Ha sido muy criticado por su renuencia a permitir que un tercero sea el mediador en las apelaciones disciplinarias. Sin embargo, difícilmente conseguirá apartar su legado permanente del Spygate, Deflategate y Bountygate. Dos cuestiones de procedimiento y un rumor se convirtieron en un trio de escándalos, principalmente por las intensas y manchadas investigaciones de Goodell. Cuando eso acabó, casi no teníamos evidencia verificada sobre lo que supuestamente había sucedido.

¿Desinflaron los New England Patriots los balones en el juego por el Campeonato de la AFC en el 2014? ¿Realmente estaban usando los New Orleans Saints un sistema para premiar a los jugadores que lesionaran a sus adversarios? ¿Filmaron los Patriots las señales de sus oponentes? (La NFL destruyó las grabaciones que, según decía, comprobaban las acusaciones del video). Goodell tenía razón en cierto sentido. Parte de su trabajo es asegurarle al público que los equipos y los jugadores están cumpliendo con las normas y que los resultados de los juegos no están arreglados. Pero sus costosas investigaciones nunca respondieron satisfactoriamente a esas preguntas. En cambio, provocó la ira de numerosos fans, jugadores y algunos dueños. A largo plazo, altos niveles de desconfianza pública no pueden ser buenos para el negocio.


5. Disputas enconadas con los sindicatos 
Afirmar que Goodell ha sembrado una relación perniciosa con los jugadores es pasar por alto el aspecto más amplio. Él y los dueños a los que sirve son represores antisindicales en comparación con sus predecesores. Goodell heredó una racha de 19 años de paz laboral, pero ahora se ha convertido en una rutina para la liga y la Asociación de Jugadores de la Liga Nacional de Futbol Americano (NFLPA, por sus siglas en inglés) entablar acciones judiciales para resolver sus diferencias. Las victorias recientes de la NFLPA en los tribunales, junto con la revelación de que la liga ocultó $100 millones por concepto de ingresos que debía compartir con los jugadores, han agudizado la desconfianza. ¿Pueden los jugadores confiar en que Goodell y los dueños cumplirán con el convenio colectivo (CBA, por sus siglas en inglés) que ambos firmaron en el 2011? No muchos lo hacen. Pero el enfoque de línea dura no ha afectado únicamente a los jugadores. ¿Recuerdan el paro laboral de los árbitros de la NFL en el 2012? En un intento por llegar a un acuerdo más favorable, Goodell puso en riesgo la credibilidad de la liga al usar cuadrillas de árbitros de reemplazo no calificados durante tres semanas. El paro laboral terminó hasta que sucedió el polémico touchdown “Fail Mary” en televisión nacional y el acontecimiento sigue siendo una mancha profunda en el currículum de Goodell.


6. Una carga de trabajo de los jugadores más ligera 
Desde luego, no todas las disposiciones de Goodell aplicables a los jugadores han sido negativas. Durante la negociación del CBA en el 2011, aprobó una nueva estructura de entrenamiento que ha reducido dramáticamente las obligaciones de los jugadores. La preparación fuera de la temporada regular ahora comienza en la tercera semana de abril, en lugar de principios de marzo (para los equipos con entrenadores que regresan). A los equipos se les permite un máximo de diez actividades organizadas de equipo (OTA, en inglés) durante un periodo de tres semanas y no más de seis horas de trabajo en esos días.

Las restricciones a los campamentos de entrenamiento prácticamente han eliminado los entrenamientos dobles en un solo día y los equipos están limitados a catorce entrenamientos con uniforme completo durante la temporada regular. Obviamente, los entrenadores lo odian y lamentan la reducción de oportunidades para entrenar fundamentos. Pero ha sido una gran victoria para los jugadores, quienes con alegría aceptaron la responsabilidad adicional de recuperar el entrenamiento perdido por su propia cuenta.


7. Se levantaron los postes de la carpa del “offseason” 
La NFL se convirtió en un verdadero deporte de todo el año durante la era de Goodell. En el 2004 había comenzado a moverse en esa dirección, cuando la NFL Network comenzó a transmitir el Scouting Combine en febrero, así como un programa de liberación del calendario a finales de abril. Goodell dio un nuevo impulso a la iniciativa, al transformar el draft de un evento de sábado/domingo a una fiesta de tres días, dos de ellos en horario estelar. El inicio de la agencia libre se retrasó de la media noche a las 4:00 p. m. ET, un horario en el que muchas más personas pueden ver especiales televisados, y la liberación del calendario –una vez que se distribuye vía fax– se ha convertido en un evento frenético. Otro comunicado de prensa, los premios anuales a los jugadores de la Associated Press, ahora se dan a conocer durante el programa de “NFL Honors” en horario estelar, la noche antes del Súper Tazón. La marca de la NFL es tan popular que cualquier evento se puede exagerar.

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8. Turno internacional 
En el 2007, Goodell cerró la NFL Europa que perdía dinero y la reemplazó con un plan para aumentar la promoción de la NFL en los Estados Unidos a través de marketing y un número mayor de juegos en el extranjero. Este año, la NFL organizará tres juegos en Londres en dos estadios distintos y un cuarto en la Ciudad de México. Los cuatro juegos están agotados. Ha habido conversaciones sobre partidos futuros en Brasil, Alemania y China. Aunque la liga no se ha rendido ante la posibilidad de abrir una franquicia en Londres, la logística podría transformar dicho escenario en una “franquicia virtual”, mediante la cual una rotación de equipos jugaría un total de ocho juegos de temporada regular allá. No obstante, de una u otra manera, Goodell ha cumplido con su palabra de priorizar el crecimiento internacional.


9. Una disminución del salvajismo 
La NFL continúa siendo un juego violento, salvaje y, para muchos jugadores, debilitante. Pero con Goodell, se ha perdido parte de la brutalidad. Gracias a cerca de 50 cambios en los reglamentos durante su mandato, Goodell ha limitado el contacto con los mariscales de campo, instituyó penas severas para la mayoría de los casos de contacto a la cabeza y presionó a los equipos a que enseñen técnicas más seguras de tackle con el hombro. El énfasis que se ha puesto en el contacto en la defensiva de pase ha abierto los carriles para los receptores de carrera libre, incrementando la eficiencia de los pases y convirtiendo el futbol de fantasía, que solía ser una cuestión secundaria, en un gran estímulo para el público. Incluso el fiasco del domingo en el juego del Salón de la Fama podría analizarse con la seguridad de los jugadores en mente. ¿Le hubiera importado a alguien la condición del césped hace diez años? El juego es indiscutiblemente distinto de lo que era en el 2006. Conversé recientemente con un entrenador que admitió que muchos jugadores se sienten frustrados por los cambios. “Pero tienen otra opción”, dijo el entrenador. “Pueden jugar del modo anterior y el futbol desaparecerá en cinco años, o pueden jugarlo de la manera en la que es necesario para que sobreviva”.


10. El castigo de Los Ángeles 
La NFL estuvo ausente de Los Ángeles durante 21 años, y durante este tiempo convenció a 24 municipios estadounidenses a construir nuevos estadios o realizar renovaciones casi completas a los existentes. La amenaza de una reubicación tuvo un efecto estimulante muy eficaz y Goodell resistió el mayor tiempo posible. En el momento en que orquestó el regreso de la liga a principios de este año, solo quedaban tres equipos necesitados de estadio. Los Rams contaron con la luz verde para regresar a Los Ángeles en el 2016. Los Chargers tienen la opción de unirse a ellos en el 2017 si no pueden asegurar un nuevo estadio en San Diego. Y si logran conseguir un estadio, los Oakland Raiders serían la siguiente opción para moverse a Los Ángeles. Goodell y los dueños aprovecharon al cien por ciento el mercado de Los Ángeles antes de finalmente regresar.

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