El juego es básico en la vida del niño, porque además de contribuir al desarrollo integral, aporta un espacio único para poner en práctica habilidades que de otra forma no se podrían desarrollar.
Pero ¿por qué es tan importante?, ¿cómo se relaciona con la alimentación y cómo puedo usarlo para que ésta se lleve a cabo de manera placentera y saludable?
El juego ayuda al niño a poner en práctica habilidades físicas, cognitivas y psicosociales, además de ampliar sus conocimientos y experiencias y a desarrollar su curiosidad y confianza.
- Les proporciona alegría, diversión y felicidad.
- La hora de comer se vuelve significativa, ya que se involucra con lo que come y con cómo lo come.
- Al explorar con la comida tocándola y probándola, los niños avanzan en su desarrollo mientras se someten a retos constantes.
- Los vincula con hermanos y adultos, y los enseña a seguir reglas mientras interactúa con ellos en la mesa.
Tips para involucrar el juego a la hora de comer:
- Permítele usar los sentidos para experimentar con la comida.
- Asegúrate de que el juego se realice con la misma comida y no con otros instrumentos tecnológicos o juguetes, ya que se desvía la atención de lo que queremos reforzar.
- Crea platillos novedosos que contengan caras divertidas o historias.
- Siempre que puedas haz temática la semana. Lunes de animales, martes de transportes, e intenten preparar juntos platillos que representen algún personaje de esos temas.
- Aprovecha la etapa de desarrollo de tu hijo. Si está en la etapa sensoriomotora, donde predomina la exploración con los sentidos, permítele tocar la comida, que te ayude a prepararla y se vincule con ella de manera relajada y diertidadivertida.
Si está en la etapa preoperacional, donde empieza el juego simbólico, la imaginación y juegos de reglas, déjalo ser un personaje y asumir un rol. - No te enfoques en la comida. Acuérdate que si le prestamos demasiada importancia, el niño identifica que es algo que te preocupa y la comida deja de ser placentera. Jueguen, platiquen y disfrútense.
Recuerda que la introducción del juego en sus actividades cotidianas refuerza el vínculo madre e hijo al mismo tiempo que lo ayudas a avanzar en su desarrollo.