FACTOR ESTRESANTE
Puede ser cualquier persona, asunto o hecho que te produzca nerviosismo, angustia o enojo; por ejemplo, un abogado de divorcios, el jefe malvado, las deudas, etc.
Hipotálamo: responde al estrés segregando hormonas corticotropinas (CRH) de liberación, que viajan por los capilares hasta la glándula pituitaria.
Glándula pituitaria: reacciona al CRH liberando hormonas adenocorticotrópicas (ACTH).
Glándulas suprarrenales: responden al ACTH inundando el torrente sanguíneo con dos hormonas de estrés: cortisol y epinefrina (conocida comúnmente como adrenalina).
ADRENALINA
La adrenalina prepara al cuerpo para la reacción primordial de “pelea-huida”:
El ritmo cardiaco y el pulso se aceleran para enviar más sangre a los músculos y órganos.
Los bronquios se dilatan recibiendo oxígeno adicional para alimentar al cerebro y mantenernos alerta.
Los vasos sanguíneos se comprimen para atenuar el sangrado en caso de una herida.
CORTISOL (TU AMIGO)
El cortisol y la adrenalina liberan grasa y azúcares (glucosa) al torrente santuíneo para usarlos en una emergencia como fuente de energía en contra del factor estresante. Esto funciona bien en caso de estrés a corto plazo, como el huir en tu bicicleta de un furioso Rottweiler que te persigue.
CORTISOL (TU ENEMIGO)
El cortisol también puede indicar a tus células que acumulen tanta grasa como puedan e inhibir la respuesta corporal de quemarla para producir energía. Esto sucede cuando los niveles de cortisol se mantienen elevados debido a factores estresantes a largo plazo, como puede ser un jefe lunático o un juicio de divorcio. Un alto nivel crónico de cortisol trastorna los sistemas de control metabólico del cuerpo: los músculos se atrofian, se eleva el azúcar en la sangre, aumenta el apetito… ¡y te pones gordo! Lo que es peor, la grasa tiende a acumularse en la región abdominal y en las paredes de las arterias. Esto se debe a que la grasa visceral, la que se deposita detrás de los músculos del abdomen, tiene más receptores de cortisol que aquella grasa que está debajo de la piel.
CONSEJOS PARA REDUCIR EL ESTRÉS
Entrena
De lunes a viernes, descansa sábado y domingo; esto da a tu cuerpo mayor recuperación al inicio de la semana.
Descansa
Procura dormir lo suficiente (entre siete y ocho horas).
Nútrete
científicos británicos comprobaron que el consumo de un gramo de vitamina C y 400 mg de vitamina E al día, durante cuatro semanas, reduce los niveles de cortisol después de un ejercicio intenso, así que incluye en tu dieta ambas vitaminas.