La Super Bowl es mucho más que una final de fútbol americano. Es el evento deportivo que concentra más audiencia televisiva, el programa en el que las marcas pagan cifras estratosféricas por anunciarse y donde en la media parte el deporte deja paso al espectáculo protagonizado por estrellas de la música.
La 55 edición la disputaron los Kansas City Chiefs, a priori el equipo favorito, contra los Tampa Bay Buccaners, casualmente en el estadio del equipo de Florida. Ganaron los Bucaneros por un contundente 31 a 9, consiguiendo así su segunda Super Bowl. Tom Brady comandó el equipo hasta la victoria, agrandando aun más su leyenda como el mejor jugador de la historia del fútbol americano.
Objetivamente los datos hablan por si solos sobre el quarterback de los Tampa Bay Buccaners. La de ayer fue su décima Super Bowl, siendo el jugador que más finales ha disputado (las nueve anteriores fue con los New England Patriots). Ha ganado siete, y es el jugador que más anillos tiene (Charles Haley de los San Francisco 49ers tiene cinco, y Joe Montana, del mismo equipo, cuatro). Y a sus 43 años, Brady es el jugador más veterano en jugar la Super Bowl.
Pero lo mejor de Tom Brady es el ejemplo que puede ser para las nuevas generaciones. A pesar del éxito del que disfruta actualmente este mariscal de campo, sus comienzos no fueron fáciles pero nunca tiró la toalla y gracias a su esfuerzo y perseverancia ha triunfado en la NFL, y se ha convertido en leyenda viva de deporte.
Nacido el 3 de agosto de 1977 en San Mateo, una localidad cercana a San Francisco, durante su infancia y adolescencia el deporte que practicó fue el béisbol. Jugaba como cácher o receptor, y con 18 años el Montreal Expo lo eligió en la ronda 18 del draft. Pero declinó la oferta y se matriculó en la universidad de Michigan, donde jugó por primera vez a fútbol americano. En los primeros años fue reserva del Michigan Wolverines y su espíritu competitivo le sumió en frustración que superó física y mentalmente con la ayuda de psicólogos y mucho entreno. Y consiguió ser titular.
A sus 43 años es el jugador más veterano en disputar la Super Bowl, y en su primera, en el 2001, fue el más joven en ganar el MVP
Pero su gran decepción llegó, una vez acabada la universidad, en el 2000, en el draft de la NFL. El San Francisco 49ers, el equipo del que era seguidor desde niño no lo quiso y solo New England Patriots, lo eligió… en la sexta ronda. O sea, un total de 198 jugadores fueron preferidos por los equipos profesionales antes que Tom Brady. Pero él estaba seguro de su talento y por eso cuando firmó con el que fue su equipo durante 19 años, le dijo a Robert Kraft, dueño de la franquicia: “Soy la mejor decisión, que esta organización ha tomado jamás”, según declaró el propio Kraft tiempo después.
Y no se equivocó, en el 2001, los New England Patriots ganaron la primera de las seis Super Bowl que tienen en su poder. Brady, con 24 años, fue elegido el MVP del partido, convirtiéndose en el quarterback más joven en ganarlo. Fue el principio de su triunfal carrera de 19 años seguidos en el equipo de Massachussetts, ensombrecido por alguna lesión y una sanción por el escándalo de los balones desinflados (Deflategate). El año pasado quedó libre y Brady fichó por los Tampa Bay Buccaners, considerado como el peor equipo de la historia de la NFL. Y en su primer año en Florida Brady los ha llevado a la Super Bowl.