Hombres que bordan, una nueva masculinidad

Pertenezco a la generación que está acostumbrada a que Google tenga todas las respuestas, por eso cuando decidí buscar “Hombres bordando”; me quedé sorprendido al solo encontrar un par de resultados que hablaran del tema. Pero indagando a fondo llegué a donde quería, un grupo de hombres que bordan, aunque no en mi ciudad, ni en mi país, pero si de algo nos sirve el internet es para acortar distancias. Así logre conocer a un grupo de chilenos, que semana con semana se reúnen para aprender, bordar y deconstruirse, en este texto te explicaré como el Bordar es parte de las nuevas masculinidades.

Desde hace unos años el feminismo se ha apoderado de todos los titulares y las redes sociales; el debate sobre derechos fundamentales de la mujer se instaló en la agenda pública, provocando un cuestionamiento del sistema patriarcal y sus formas de reproducción.

El rol del hombre y la mujer entraron en disputa, cientos de miles de mujeres han salido a las calles en todo el mundo exigiendo el fin a la violencia de género. En ese sentido, se ha vuelto un imperativo para el género masculino la deconstrucción, y la configuración de nuevas masculinidades, alejadas de la violencia y los estereotipos de género.

Como empezó el proyecto:

El taller de introducción al bordado artístico para hombres, realizado por el museo Violeta Parra de Chile eh impartido por el bordador Carlo Mosso, viene a ser un aporte en esta lucha feminista. Desde esta técnica artística, el taller convoca a hombres para que cuestionen los roles y estereotipos de género, exploren sus sensibilidades, y aprendan un oficio con una historia ligada a las mujeres.

A la sala llegan variedad de hombres, desde un joven estudiantes de Filosofía a un adulto mayor que por las noches recorre la ciudad trabajando como Uber. Como en todo, el inicio es tímido, todos esperan las instrucciones. El arte del bordado permite comunicar emociones y sensibilidades. En algún momento fue utilizado como lenguaje secreto entre mujeres. El bordado permite la compañía y el compartir experiencias. Mientras los hilos y agujas de estos hombres comienzan a moverse, las experiencias, emociones y sensibilidades en común comienzan a salir a flote.

Historias que unen:

Poco a poco se reconocen y dan cuenta de que la mayoría de ellos pertenece a la comunidad LGBT; de ellos, más de la mitad han sufrido discriminación por su orientación sexual; conocen bien lo que es el patriarcado, y el machismo, y se enfrentan a los roles y estereotipos de género en su vida cotidiana. A algunos esto fue lo que los motivó participar en este taller, por ser un espacio en disputa a la heteronorma, a otros solo los intrigó la posibilidad de aprender el oficio del bordado. 

Integrantes del Taller de bordado artístico para hombres

“…Este taller nace para deconstruir la heteronormatividad. Busca romper los patrones de género que existen al permitir que hombres puedan realizar un oficio que históricamente está ligado a las mujeres”, señaló el bordador y profesor del taller, Carlo Mosso. “Al hombre siempre se le ha inculcado que no debe expresar sus emociones, que no debe ser sensible. La sociedad nos obliga a reprimirnos”, agrega al complementar como este oficio también ayuda a canalizar la expresión de las emociones de los hombres, que tanto les cuesta demostrar. Carlo aprendió autodidácticamente este oficio, mientras pasaba sus tiempos libres en su trabajo hace unos años atrás. El bordado le ha permitido expresar sus emociones y su creatividad artística, además de ser parte de su trabajo como diseñador independiente con su marca Taller Esperanto.

Como el bordar es parte de las nuevas masculinidades

El bordado les permite a los hombres comunicarse consigo mismos y con los demás. De palabras tímidas pasaron a risas cómplices y conversaciones profundas sobre patriarcado, o sus propias familias. A pesar de ser un tema a veces difícil, no fue un problema conversar sobre política y derechos humanos. Sin dejar de lado los viajes que han hecho, o las excentricidades de vecinos o personas con las que han vivido.

La sala donde bordan se convierte en un espacio de confianza y libertad; donde sábado a sábado comparten con sus compañeros de bordado. Entre todos coinciden en que este taller ha sido una gran herramienta para romper paradigmas asociados a los estereotipos de género. Para Marcos (de 35 años) el «bordar o tejer es comunicar, y trae muchos beneficios», y siente que al hacerlo le está diciendo al mundo lo que es. «Es como salir del clóset. A los hombres se nos enseña a no hablar tanto, a mentir, a ser más contenidos, a tener una visión de nosotros mismos como gobernados, que siempre hay que ser fuerte y bordar es transmitir que somos sensibles, que estamos dispuestos a elegir un color y contar una historia», agrega.

Juan Pablo (de 22), señala que el ser homosexuales les entrega otra sensibilidad respecto a los roles de género; porque «hemos sufrido también la discriminación, a parte, el hecho de ser gay ya cuestiona la norma y uno aprendió desde chico, que las normas son muy arbitrarias. Los hombres heterosexuales se cuestionan muy poco las normas».

Lo que me deja conocer este grupo de bordado:

Como bordador me ha encantado conocer a este grupo de chicos, me ha inspirado. Tal vez sí, al inicio solo logremos conformar estos espacios con miembros de la comunidad LGBT, pero nadie dijo que fuera sencillo.

Mi plan ahora es formar algo como lo que tienen en Chile con este taller, crear un espacio seguro para que quien quiera aprenda la técnica y pueda expresarse, y más adelante poder atraer a hombres cis heterosexuales que quieran escuchar, aprender y deconstruir sus ideas para conformar así una nueva sociedad, mas abierta, respetuosa y responsable con los sentimientos de los demás.

Por todo esto, como te dijimos desde el inicio, Bordar es parte de las nuevas masculinidades.