El venezolano que rejuvenece la música clásica, Músico y considerado uno de los directores de orquesta más fascinantes y carismáticos de la actualidad es calificado como un genio musical.
Estudió violín y composición musical. Asistió al Conservatorio Jacinto Lara, con el profesor José Luis Jiménez y luego continuó el estudio del violín en la Academia Latinoamericana de Violín con el Maestro José Francisco Del Castillo. En 1995 empezó a estudiar dirección de orquesta, con Rodolfo Saglimbeni, luego con José Antonio Abreu.
Gustavo Dudamel se dió a conocer después de ganar el concurso de dirección Gustav Mahler de la Sinfónica de Bamberg (Alemania) en mayo de 2004. En 2005 realizó su debut en los Proms de Londres y recibió el Premio Anillo de Beethoven, creado por la Sociedad de amigos del Festival internacional de Beethoven de Bonn. En 2006 también fue nombrado director principal de Orquesta Sinfónica de Gotemburgo (Göteborgs Symfoniker). En mayo de 2007, la organización Unión Latina le concedió el Premio de la Latinidad, un reconocimiento otorgado por contribución excepcional a la vida cultural latina. En 2008, el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela (FESNOJIV), del que la Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar forma parte, recibió el prestigioso Premio Príncipe de Asturias de las Artes. En 2007 Gustavo Dudamel obtuvo el Premio a Jóvenes Artistas concedido por la Royal Philharmonic Society y, más recientemente, fue galardonado junto con su mentor, el maestro José Antonio Abreu, con el “Premio Q” otorgado por la Universidad de Harvard por servicios excepcionales a la infancia.
A sus 26 años de edad, Gustavo Dudamel es una de las máximas figuras de la dirección orquestal en el planeta. Su nombre figura junto a los de Claudio Abbado, Simon Rattle, Daniel Barenboim y Essa-Pekka Salonen, con quienes comparte la batuta de las filarmónicas de Berlín, Viena, Los Ángeles, Nueva York, entre otras orquestas-topes, porque no hay mejores en el orbe.
El maestro Gustavo Dudamel: “yo he visto cómo la música ha salvado vidas: en cuanto un joven ingresa a una orquesta sinfónica entra a una familia y se convierte en una mejor persona. Yo soy producto de ese cambio. Ahora que he cumplido mi sueño de dirigir a las orquestas más grandes del mundo ciertamente mi vida cotidiana ha cambiado, pero te juro que sigo siendo el mismo. Si me tratan diferente es porque uno se convierte en una imagen. Y si esa imagen sirve para inspirar a los jóvenes a superarse, si me ven y dicen: ‘yo también quiero ser como él’, si soy un referente y un ejemplo, entonces sí me gusta ser una celebridad, porque soy útil a la sociedad”.
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