El talentoso Teodor Currentzis, celebrado por su audacia y modernidad, presenta su versión del Réquiem de Verdi, obra intensa e iconoclasta, desde la iglesia de San Marcos en Milán, ¡justo donde fuera interpretado por primera vez en 1868!
«Una ópera en traje eclesiástico» es como describió a esta obra el legendario director Hans von Bülow. Sostenida por un efectivo instrumental imponente que la refuerza dramáticamente, la partitura desafía convenciones tradicionales de un género musical muy codificado. ¿Pero qué se le puede reprochar a Verdi de su grandioso ‘Dies Irae’ de acentos apocalípticos, o del increíble diminuendo del ‘Libera me’ final? Existe una sinceridad profunda y una fe vibrante en esta obra, compuesta para el héroe de la unidad italiana, el escritor Alessandro Manzoni. Este último era de hecho amigo del compositor, él mismo muy involucrado políticamente a favor de la nación italiana, y el Réquiem fue interpretado por primera vez en el aniversario luctuoso del compositor. Se trata de la única misa escrita por Verdi y encierra tanto su genio operático como un homenaje muy personal inspirado por la muerte de un muy querido amigo.