Cuenta Ludovic Navarre que un accidente en una competición deportiva de windsurf a los 15 años le llevó a la música. Quería ser un profesional sobre las olas y, después de verse obligado a no competir más, acabó obsesionándose con las nuevas tecnologías. “Descubrí mi segunda vida”, confiesa. Esa segunda vida pasaba por un ordenador aplicado al ritmo. Navarre acabaría por llamarse artísticamente St Germain y el chico que iba para surfero revolucionó la música francesa y la escena del jazz internacional con el disco Tourist.
Publicado en mayo de 2000, Tourist se convirtió en un fenómeno de más de cuatro millones de ventas. La confirmación definitiva de un nuevo talento en la música popular francesa que, a mediados de los noventa, había sido fichado como productor discográfico para registrar sus primeras canciones tras pinchar para un amigo en una tienda de discos de Bélgica. Un tipo de una discográfica que estaba en la tienda escuchó su mezcla y le invitó a grabar en el sello estadounidense, Atom Record. “Fue un periodo muy creativo”, cuenta hoy desde Francia. “Tenía mucha inspiración, que se reforzaba por la gran acogida internacional de mi primer álbum Boulevar en 1995. Todo esto impulsó mi deseo de explorar la fusión del blues, el jazz, lo latino y el dub”.
Si Boulevar anticipaba a un músico inquieto, creador de atmósferas rítmicas absorbentes desde su caudal jazzístico, Tourist rompió los cánones creativos y estéticos de su época. Mezclaba house y jazz, sampleaba fragmentos de canciones de Dave Brubeck y vocales de Marlina Shaw y, en definitiva, ofrecía un paisaje sonoro tan refrescante como rompedor. “Para ser honesto, mi verdadero objetivo era complacerme a mí mismo, hacer lo que andaba buscando, pero es verdad que fue una de mis producciones más difíciles porque me había fichado Blue Note y tenía que ofrecer un nivel”, explica Navarre.
Tourist salió respaldado por el legendario sello Blue Note, creado en 1939 e impulsor de grandes iconos de jazz como Miles Davis, John Coltrane, Art Blakey o Sonny Rollins, pero en ningún momento estuvo destinado al oyente convencional. Abría nuevos horizontes en su fluidez sonora, mirando a continentes como el latinoamericano o africano. “El blues y el jazz son mis músicas favoritas desde hace mucho tiempo con artistas como Lightin’Hopkins y John Lee Hooker. Quería incorporar estos sonidos y voces únicas en mis canciones aquellos años. Me atraen más los artistas afroamericanos”. Y constaba de un arranque imbatible: el tema ‘Rose Rouge’, que recorrió todo el planeta con esa fuerza rítmica. “Se convirtió en el título icónico, que todavía funciona hoy. Se usó en anuncios, espectáculos de moda, bares, pubs, tiendas… Incluso lo usaron los Rolling Stones durante su gira. ¡Fue una buena sorpresa la versión de Jorja Smith el año pasado!”.
Para celebrar el vigésimo aniversario de la publicación de Tourist, ahora Navarre ha invitado a productores, Djs y remezcladores de Reino Unido, Sudáfrica, Estados Unidos y Francia a revisar el disco. Ahí están AtJazz, Terry Laird, Dj Deep y Traumer, Nightmares on Wax, JoVonn, Ron Trent, Black Motion, Osunlade y Jullian Gomes. Una revisión que no pierde fuerza de un disco que no pierde vigencia. Nuevos colores para una obra maestra que abriría el paso a una época dorada en la música francesa con tintes electrónicos con el florecimiento de St Germain, pero también Daft Punk, Air, Saint Etienne y Justice. Palabras mayores.