La partitura sólo muestra lo que el músico va a tocar. El director marca el momento en el que debe ser tocado, el volumen al cual debe ser tocado, la velocidad a la cual debe ser tocado y el matiz que debe ser aplicado a esa partitura. Cada músico tiene una partitura diferente que le corresponde. Si has visto una orquesta alguna vez, habrás podido notar que son tantos músicos que sería muy difícil para todos ponerse de acuerdo en el momento de comenzar. Aún si lo hicieran, tendrían que buscar una manera de escucharse los unos a los otros para ponerse de acuerdo. Esa es la razón por la que existe un líder en la orquesta, el director. Además de dirigir a los músicos por el camino correcto, el director es la única persona en la orquesta que puede escuchar el sonido que el público va a percibir. Cuando eres un músico de la orquesta, realmente no escuchas toda la orquesta dependiendo de donde estés sentado. Es por eso que necesitas al director.
Ser director de orquesta es simplemente fascinante. El director tiene el poder de llevar a la orquesta a donde él o ella quiere y es quien realmente logra el sonido final de la orquesta. Si la orquesta no suena bien, no es responsabilidad de los músicos, es del director.