Como otros instrumentos de cuerdas frotadas, la caja de resonancia del cello está hecha de madera de abeto, que es una madera ligera, color crema o beige, generalmente no despide ningún aroma y suele ser muy tersa y uniforme. Para el mástil y otras partes se usa madera de arce, que es una madera más densa y rigida aunque también se utilizan otros tipos de madera, como haya, lenga, sauce o cedro.
Para reconocer la madera de abeto bastará con mirar a través de las «f» o aberturas frontales del cello hacia el interior de la caja.
Un buen instrumento siempre denotará a simple vista varias características sobre su calidad de armado y construcción. No debemos encontrar rebabas, astillas o residuos en ninguna parte del instrumento. Hablemos también, por ejemplo, de la terminación del barnizado, este debe ser uniforme sin escurrimientos o faltantes. Podemos encontrar barnizados en colores cafe oscuro, cafe claro, amarillos y naranjas. El color no determina la calidad del instrumento, unicamente es gusto.El cello como todos los demás instrumentos de cuerda frotada deben tener colocada dentro de la caja de resonancia un «alma». El alma es un palo de madera que se sostiene entre el fondo del cello y el extremo derecho del «puente». Es visible desde las aberturas frontales y su función es soportar la tensión de las cuerdas sobre el puente para evitar que el instrumento se achate y pierda su forma abombada. Cuidate de observar este detalle, resulta de vital importancia para que el sonido del cello no se pierda.