El pasado domingo 23, la Filarmónica tuvo el honor de presentarse en uno de los recintos culturales más representativos de la ciudad: el MUCIC, Museo de la Ciudad de Cuernavaca. Fue una tarde llena de música, historia y emoción, donde cada nota resonó con fuerza en un espacio que guarda tantas memorias artísticas.

Desde el primer ensayo dentro del museo, se sintió una atmósfera distinta. La acústica del MUCIC, su arquitectura y el ambiente tan cercano del público crearon el escenario perfecto para que la Filarmónica brillara con toda su sensibilidad y talento. Las y los músicos llegaron con una vibra especial: entusiasmo, concentración y ese deseo genuino de compartir lo que más aman.
Bajo la dirección del maestro Rafael Salinas Ríos, la presentación fluyó con una elegancia natural. Su guía, precisión y sensibilidad musical se notaron en cada entrada, cada matiz y cada transición. El maestro logró que la Filarmónica conectara profundamente con el público, creando momentos que se quedarán en la memoria de todos los asistentes.

El repertorio logró envolver por completo a quienes se reunieron esa tarde, llenando la sala de emoción, calma, intensidad y belleza. Fue una presentación que permitió mostrar no solo la técnica, sino la pasión y la entrega que caracteriza a la Filarmónica.
Queremos dedicar un agradecimiento muy especial al equipo del Museo de la Ciudad de Cuernavaca, quienes nos recibieron con una calidez increíble y brindaron todas las facilidades para que esta presentación fuera un éxito. Su apoyo y disposición hicieron que cada detalle fluyera de manera profesional y sumamente agradable.

Para la Filarmónica, esta presentación en el MUCIC representa crecimiento, proyección y el compromiso constante de llevar la música a más espacios, acercándola a más personas. Cada escenario es una oportunidad para seguir transformando y compartiendo el arte.
Gracias a quienes asistieron, apoyaron y vivieron esta experiencia con nosotros. Y gracias al MUCIC por abrir sus puertas a una tarde llena de música.