No existen obstáculos demasiado grandes cuando se tiene la voluntad de aprender para mejorar. Así lo están demostrando 10 campesinas guatemaltecas con poca a ninguna educación formal que llevarán luz a sus aldeas luego de ser capacitadas en ingeniería solar.
No existen obstáculos demasiado grandes cuando se tiene la voluntad de aprender para mejorar. Así lo están demostrando 10 campesinas guatemaltecas con poca a ninguna educación formal que llevarán luz a sus aldeas luego de ser capacitadas en ingeniería solar.
El epicentro de esta maravilla educativa se encuentra en Chajul, departamento de Quiché, una región montañosa del occidente guatemalteco con una larga historia de resiliencia indígena. En esa zona se cultivaba maíz desde el 3.500 a.C y allí fueron a atrincherarse para resistir la conquista cuando los españoles llegaron a Guatemala en 1530.
Ese fue el lugar elegido por Barefoot College International, una organización de origen indio que lucha contra la pobreza extrema y la reducción de la migración de las aldeas rurales a las ciudades, para iniciar sus operaciones en América Latina.
Luego de un proceso de acercamiento con las comunidades, propiciado por organizaciones aliadas como el Programa Mundial de Alimentos, fueron seleccionadas las participantes de la primera cohorte latinoamericana del programa Solar Mamas, que ya ha capacitado a unas 4500 mujeres de distintas partes del mundo en su centros en India y Zanzíbar.