La poesía se ha vuelto un medio para tratar de disminuir y llenar de paz las calles de todo el mundo. Federico García Lorca dijo alguna vez que para entender la poesía eran necesarias cuatro paredes blancas, pero ahora dos artistas han pintado en cuatro muros del barrio neoyorquino de Bushwick el rostro y los versos del poeta español para acercar su obra a esa comunidad principalmente hispana.
El proyecto arrancó hace dos veranos, cuando el hijo de Perrottet se mudó a este barrio, que despertó en ella una gran fascinación por su diversidad : a la tradicional comunidad puertorriqueña se han ido sumando hispanos de origen dominicano o mexicano, pero también un creciente número de jóvenes artistas en busca de alquileres bajos.
La primera de las obras muestra solamente los ojos de Lorca (1898-1936) y, como los muros pertenecen a propiedades privadas, su dueño exigió que estuviera acompañado de una bandera estadounidense. En un principio reticentes, las artistas lo resolvieron rápidamente: incluyeron en las franjas blancas las banderas de las diferentes nacionalidades de los vecinos del barrio hasta sumar cuarenta.
El tercero de los murales muestra solamente la oreja de García Lorca, y en el cuarto y último aparece ya al completo el rostro sonriente del poeta, que pasó en Nueva York una prolífica etapa de su vida mientras estudiaba en la Universidad de Columbia entre 1929 y 1930 y de la que nació uno de sus más famosos poemarios.
Para poner el broche de oro, las artistas han organizado para el próximo 18 de julio un recorrido por los cuatro murales junto al poeta Edward Hirsch y la traductora y estudiosa de Lorca Electa Arenal, quienes recitarán los versos en español e inglés y tratarán de arrojar algo más de luz sobre el significado del poema.