En la parte baja del cerro El Tlatoani, al poniente del municipio de Tlayacapan, en Morelos, arqueólogos del INAHencontraron en fecha reciente los restos óseos de un guerrero decapitado con un rico ajuar y un horno prehispánico de producción cerámica, ambos con una antigüedad asociada al periodo Clásico Tardío (350-600 d.C.).
En un comunicado, el arqueólogo Raúl Francisco González Quezada, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó que el entierro del personaje y del horno con una presumible antigüedad de mil 400 años fueron descubiertos durante la excavación en la parte baja de la montaña, que corresponde a lo que fue un espacio urbano con al menos dos momentos constructivos.
Además, los expertos refieren que quizá haya sido un guerrero, debido a que el cráneo muestra una perforación provocada posiblemente por una punta de proyectil, a la cual el sujeto logró sobrevivir, pues la herida cerró años antes de morir.
El fechamiento por radiocarbono y la determinación del índice de isótopos de estroncio de los restos óseos permitirán determinar la cronología y la procedencia del sujeto decapitado e inhumado en ese lugar.
Desde el año pasado, el INAH interviene la cima del cerro El Tlatoani, en la Sierra de Tepoztlán, Morelos, donde se han localizado decenas de sitios arqueológicos, en uno de ellos se encuentra un templo-palacio que comprende aproximadamente 700 metros cuadrados y que debió comenzarse a construir hacia el año 600 de nuestra era, en el inicio del periodo Epiclásico. Es anterior a El Tepozteco, que data del Posclásico Medio, aproximadamente del año 1200 d.C.
El cerro El Tlatoani no está abierto al público por ser un sitio en investigación; “es más amplio de lo que se creía, aunque no tan monumental como El Tepozteco. Se indaga para saber quiénes construyeron ahí y mantuvieron en función el templo-palacio, además de saber más de la antigua clase gobernante y de las comunidades agro-artesanales que debieron participar en la manutención de este santuario en la zona alta”, indicó Raúl Francisco González.
Además, dentro del horno encontraron fragmentos de cerámica que corresponden fundamentalmente a ollas, pero también están presentes braseros, comales, cajetes y sahumadores. Por las formas y el contexto excavado, infieren los arqueólogos que se trata de un horno de cerámica que funcionó durante el periodo Clásico Tardío (350-600 d.C.).